El proyecto de Declaración propone diferentes medidas para profundizar el diálogo político entre las dos regiones y para lograr una concertación sobre los principales temas de orden regional e internacional.

Este proyecto de Declaración final ha sido debatido durante dos días por representantes de doce países sudamericanos y 22 países de la Liga Arabe, primero a nivel de altos funcionarios y hoy por los ministros de Asuntos Exteriores.

El objetivo fundamental de la cumbre de Brasilia es reforzar las relaciones económicas, políticas y culturales entre dos áreas geográficamente muy distantes pero que, según el ministro de Exteriores brasileño, Celso Amorim, son "dos regiones importantes del mundo en desarrollo".

En la conferencia de prensa que clausuró la reunión ministerial, Amorim y el ministro de Exteriores marroquí, Mohamed Benaissa, copresidentes de la reunión, coincidieron en la importancia de desarrollar las relaciones sur-sur.

Benaissa destacó que esta "nueva tendencia estratégica" no supone "una ruptura con el norte", sino que pretende "aunar esfuerzos para poder tener una cooperación más sólida con el norte".

Explicó después los grandes ejes sobre los que girará la Declaración final que deberá ser adoptada en Brasilia por los jefes de Estado o de gobierno árabes y sudamericanos.

En el proyecto se propugnan iniciativas que permitan intensificar la cooperación en el seno de los foros multilaterales y entre las organizaciones regionales.

En el terreno económico, aboga por el establecimiento de un nuevo pertenariado de cooperación "mutuamente ventajosa para las dos regiones", especialmente en el ámbito del agua y de la desertización.

También insiste en la importancia de consolidar la cooperación Sur-Sur, considerada como un medio privilegiado de desarrollo para los países que forman parte de este diálogo, en especial en el terreno de los intercambios comerciales, el turismo y la inversión.

El ministro marroquí anunció que en la cumbre de Brasilia se decidirá probablemente la creación de un mecanismo de seguimiento de las decisiones que allí se adopten y que el lema de la reunión de los jefes de Estado o de Gobierno será: "cumbre de la esperanza".

El ministro brasileño de Exteriores afirmó por su parte que la cumbre de Brasilia "es un éxito incluso antes de haberse celebrado", por el interés que ha despertado la iniciativa y recordó que los intercambios comerciales entre las dos regiones, hasta ahora modestos, están registrando aumentos notorios.

Amorim señaló que los ministros habían encontrado una "fórmula adecuada" para que la Declaración de la cumbre contenga una "vigorosa condena" del terrorismo.

La definición del terrorismo y el conflicto en Oriente Medio han sido dos de los temas de la Declaración final que han precisado mayores negociaciones en las reuniones de altos funcionarios y ministros de Exteriores celebradas en Marraquech.

La iniciativa de celebrar una cumbre entre los países sudamericanos, que partió del presidente de Brasil, Lula Da Silva, fue secundada por los países árabes durante la reunión que la Liga Arabe celebró en Túnez el 22 y 23 de mayo de 2004.

Los doce países sudamericanos que han participado en las reuniones de Marraquech son Argentina, Brasil, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, Guayana, Paraguay, Perú, Surinam, Uruguay y Venezuela.

Los veintidós países árabes participantes son Argelia, Arabia Saudí, Emiratos Arabes Unidos, Bahrein, Comoras, Yibuti, Egipto, Yemen, Irak, Jordania, Kuwait, Líbano, Libia, Marruecos, Mauritania, Omán, Palestina, Qatar, Siria, Sudán, Somalia y Túnez.