Las amenazas más grandes a la supervivencia de Liberia como un estado independiente fueron la insolvencia financiera y la presión de las potencias coloniales que tenían rodeado al país. A pesar de que Liberia pudo conservar su soberanía, perdió una gran parte de su territorio, que terminó anexado a las colonias vecinas de Francia y el Reino Unido.

Desde 1980 y hasta el año 2003, Liberia ha sufrido numerosos golpes de estado y dos devastadoras guerras civiles. Se estima que más de 200,000 personas han muerto en ambas guerras.

Tras el último golpe de Estado en 2003, un gobierno provisional ha ejercido el poder ejecutivo del país hasta que en las elecciones del 8 de noviembre de 2005, Ellen Johnson-Sirleaf se convirtió en la presidenta electa del país; la primera mujer que dirige un país africano.

con información de Reuters, El Mundo (España) y otras agencias