La ciudad moderna, exitosa es la realización de lo que el difunto cineasta y provocador francés Guy Debord pronosticó sería una "Sociedad del espectáculo". Dentro de esto, el éxito se mide por los rascacielos y apartamentos de súper lujo que vienen con precios récord. Se mide por instituciones culturales de gran éxito y calles comerciales espumosas con los logos de las marcas globales. Evaluando las encuestas sobre la calidad de vida que califican la disponibilidad de cafés exóticos y quesos artesanales por encima de la calidad de la vivienda social o la atención médica.

Durante la última década, la ciudad ha sido monetizada como un mercado de futuros -no sólo en la old fashioned manera de desarrollo de propiedad y especulación sino a través de reconcebir a sus habitantes como consumidores en lugar de ciudadanos. La tecnología que utilizamos en casa, en la oficina y, sobre todo, que llevamos en nuestros bolsillos ha transformado radicalmente la forma en que se puede seguir y que se destinará.

La característica de cócteles de la ciudad de la ciudad de anonimato y sociabilidad -el potencial de perderse en una multitud- está cambiando rápidamente. Ya, los smartphones han transformado la forma en que usamos la ciudad. Nuestra dependencia del Google Maps y las aplicaciones nos despoja de nuestra observación y nuestra necesidad de comprender el grano y la textura de las calles de la ciudad. Las aplicaciones disruptivas como Uber están cambiando la forma en que nos movemos.

¿Cómo podemos hacer una ciudad sostenible, en el que los ciudadanos sean tratados con respeto y no como datos? ¿Cómo van a competir entre sí más allá de ser meros vehículos para la inversión inmobiliaria o como instrumentos de los mercados? Hay una gran cantidad de publicidad que rodea el llamado Smart City -la idea de la ciudad como una red conectada en la que la recopilación de la información de masas permite una operación más eficiente. Su potencial se ha exagerado, pero su llegada hace indicar un cambio en la idea de la ciudad en un foro para la híper-vigilancia y el data farming. Ese cambio se ve agravado por un marcado cambio de la ciudad como espacio público a una concepción de sus calles y plazas como un centro comercial masivo y sin paredes.

La creación de distritos de inversión de negocios en todo el Reino Unido y Estados Unidos y la construcción de desarrollos de propiedad privada falta de definición de los límites entre los auténticos bienes comunes públicos y la propiedad privada. A medida que el sector público sigue disminuyendo en la ciudad neoliberal, la infraestructura deja cada vez más al capital privado y las economías de las ciudades impulsadas por el mantra de la "regeneración".

Esto se ha convertido en un cliché y puede ser un dispositivo muy contundente. La línea entre la regeneración y la gentrificación es a menudo prácticamente invisible. No hay, por supuesto, nada nuevo en estos temas. Cuando los notorios slums Old Nicho en el East End de Londres fueron talados para dar paso a Boundary Eastate del London County Council, abrieron en 1900, los residentes se quejaron de que estaban siendo removidos. Los hard drinkers (los grandes bebedores) fueron objeto de discriminación en favor de lo que los políticos ahora podrían llamar "familias de trabajadores duros".

Las estrategias de renovación urbana de los años de 1960 y 1970 en los centros urbanos de Estados Unidos fueron los despidos por los afroamericanos en los distritos más pobres como diseño para removerlos. En Londres, más recientemente, los esfuerzos por demoler y reconstruir muchos de los pocos centros sociales de la ciudad -en particular el estate Aylesbury en Southwark, en el sureste de la capital- han llevado a las protestas, con los residentes acusando a las autoridades de limpieza social.

La pregunta para los centros de las ciudades es cómo pueden abrazar la complejidad de usos y la mezcla social de la que su personaje ha derivado -y si hay alguna manera de mantener estas comunidades y relaciones. O, alternativamente, podemos simplemente aceptamos que las ciudades cambian y que necesitan adaptarse?

Por el momento, hay una sensación de que Nueva York, Londres, París y otras ciudades globales están descansando en sus laureles. Ellos se deleitan con su continua popularidad y el estado de su propiedad como el antiguo planificador de la Ciudad de Londres, Peter Rees llamó "safe deposit boxes" para los súper-ricos, mientras falla en asegurar para que ellos permanezcan accesibles para un mix social.

Estos son problemas reales, porque lo que las autoridades de las grandes ciudades es el dinamismo que se deriva de sus cócteles especiales de la clase, la etnia, la excentricidad y la oportunidad. Sin esa mezcla que los convierte en centros turísticos -tomen el centro de París, por ejemplo, o, cada vez más, el centro de Londres- con poca autentica vida, o ciudades de dos niveles con las poblaciones pobres marginadas en los bordes y efectivamente marginados de los procesos urbanos. Paris, de nuevo, parece un ejemplo. Las ciudades más exitosas y creativas tienden a ser los que tienen un grado de redundancia, es decir con un poco de holgura en su espacio en el valor de la propiedad no dicta cada movimiento o desarrollo. Estos no son necesariamente las mismas que aquellas ciudades que son los más ricos o los más equitativos o incluso el más habitable.

Nueva York, por ejemplo, estaba en un pico creativo en el período posterior a la segunda guerra mundial y, sin duda, de nuevo en la década de 1970, cuando estaba prácticamente en bancarrota, deslizándose en una ola de crímenes masivos y el sufrimiento de la radical despoblación con la clase media moviéndose a los suburbios. Todo, desde el expresionismo abstracto y el jazz a la literatura y los gráficos prosperaron allí en ese período.

La mayor marcha creativa moderna de Londres puede haber sido durante aproximadamente el mismo periodo, es decir el Swinging Sixties a mediados de la década de 1980, cuando era una ciudad en transición, marcado por los sitios de bombas y con el social housing moviéndose en otrora próspero y las áreas centrales.

Los mejores períodos de Berlín fueron los tensos años de 1920, cuando la ciudad se estaba recuperando de una devastadora guerra perdida, y la década de 1990, cando se encontró el enorme recurso de la propiedad en el espacio de la oficina que dejó la burocracia política comunista -y la infinita red de edificios habitados por la red de inteligencia de la Stasi- fue desmantelada y quedó redundante. Todos estos bienes fueron dejados asequibles y disponibles para los estudiantes, artistas y cualquier otra persona.

Las medidas tradicionales de éxito -la riqueza y el PBI- podrían servir para subrayar la rentabilidad y la idoneidad de la ciudad como un lugar para los ricos globales y aparcar su dinero, pero hacen poco para garantizar que el éxito se mantendrá. Cuando las ciudades se vuelven demasiado exitosas, marginan exactamente la excentricidad y experimentan el ingreso de nuevas ideas. Una sobredosis de éxito puede matar a una ciudad. Tal vez el mensaje es tener cuidado con lo que deseas.

El concepto de la seguridad en la creación de las ciudades "fortaleza"

Cuando la embajada de Estados Unidos en Londres, junto a las orillas del Río Támesis, desde la antigua central eléctrica de Battersea, abra sus puertas a finales de 2016, será uno de los edificios más seguros en Gran Bretaña. El arquitecto Kieran Timberlake habló sobre sus altas especificaciones, características de alta seguridad: "A diferencia de los altos muros perimetrales y cercas, los requisitos de seguridad se logran a través del diseño del paisaje -como el gran estanque, bajo las paredes del jardín con el asiento del banco, y las diferencias de elevación que crean barreras naturales y discretas".

La propia descripción de la embajada como una construcción "moderna, welcoming y segura" resume los desafíos que los planificadores tienen para conciliar los deseos conflictivos para la seguridad y la apertura en los entornos urbanos contemporáneos. Pero mientras que el diseño de la embajada está muy lejos de ser el sitio más obviamente militarizado actual en Grosvenor Square, los críticos dicen que es emblemático de una tendencia más amplia. En el último decenio, se han visto espacios altamente defendidos surgir a través de pueblos y ciudades, creando lo que algunos describen como un ambiente "como fortaleza" hostil.

 

La nuevas embajada de Estados Unidos es "como un castillo Normando", dijo Stephen Graham, profesor de ciudades y sociedad de la Universidad de Newcaslte. "Incluso tiene un foso y está situado detrás, con el espacio vacío para protegerlo de los camiones bombas o las explosiones", añade. "Esta es la lógica de como se vería la ciudad antiterrorista se vería".

Tales edificios fortificados son un aspecto de una tendencia que ha introducido varias formas de "espacio defendible" en el paisaje. Una protesta pública saludo los picos de "anti-homeless"  fue fueron vistos en el bloque de apartamentos privados en Southwark Bridge Road al sur de Londres el verano pasado. Boris Johnson, alcalde de Londres, los llamó "feos, contraproducentes y estúpidos" y fueron retirados más tarde.

Los reatailers han generado una controversia por la instalación de las llamadas alarmas "Mosquito", que emiten un sonido agudo que es oído sólo por los jóvenes y los bebés, para desalentar la vagancia. En New York, se dispararon revestimiento que disparan agua para evitar que las personas se sienten en ellos. Otros ejemplos incluyen asiendo de refugios de autobús en pendiente, no se pueden acostar en los bancos del parque y diseños para disuadir a los skateboarders.

El término "espacio defendible" fue acuñado en Estados Unidos por el arquitecto Oscar Newman en 1970. Esto dio lugar a una industria basada en los principios de la Crime Prevention through Environmental Design (CPTED), ideas que viajaron a través del Atlántico y tienen una influencia de largo alcance sobre la política urbana a través de, por ejemplo, la iniciativa de la policía del Reino Unido, el Secured by Design.

El profesor Graham comenta: "Estamos rediseñando la ciudad para que todo el que no se mueve se considera una amenaza, que incluye a alguien que está embarazada, que tiene niños pequeños o una discapacidad. No puedo negar que hay ataques y peligros, y vulnerabilidades, pero a veces son exagerados y la amenaza terrorista se convierte en una obsesión masiva".

Phoebe Boulton Jaggi, estudiante en el London College of Communication quien ha investigador el mobiliario urbano antisocial dijo que las ciudades se convierten en "más habitables para los consumidores y menos habitables para otras personas". Mientras que los arquitectos pueden atraer el apoyo para la construcción de defensas en objetivos potenciales como la embajada estadounidense, los críticos se oponen a la fortaleza de niveles de seguridad injertados a otros edificios públicos, incluyendo escuelas, hospitales y viviendas. Estos suelen incorporar características tales como un perímetro con alto vallado, alambre de púas y cámaras de circuito cerrado de televisión. "Secured by Design se ha convertido en la plantilla para todos los nuevos desarrollos de hoy", dijo Anna Minton, autora de Ground Control y lectora en arquitectura de la University de East London. La amenaza del terrorismo se ha convertido en la "justificación de la seguridad cada vez mayor", como parte del entorno cotidiano, añade.

Secured by Design, propiedad total de la Association of Chief Police Officers, se formó en 1989. Es compatible con el concepto de "designing out crime", con, por ejemplo, construcción especialmente de puertas y vallas, que dicen puede reducir el robo en un 75%. "Las medidas de seguridad pueden ser invisibles", dijo Jon Cole, manager de operaciones nacional de Secured by Design. "Si se construye en seguridad en primer lugar, a continuación, el edificio será generalmente por lejos más estéticamente agradable".

No ha sido una especie de reacción exclusiva a los espacios de la ciudad. La londinense Oxford Circus es un ejemplo de la idea europea de "espacio compartido", que se centra en la mejora de la seguridad del tráfico a través de la eliminación de barreras, rotondas e incluso semáforos.

En Estados Unidos, las organizaciones como San Francisco Rebar, un grupo de diseño de paisajes, están influyendo en el debate sobre el espacio público. Mientras tanto, en Hamburgo, el diseñador Oliver Schau ha utilizado tuberías de drenaje de color amarillo para crear improvisados "guerrilla seating" en áreas urbanas. En Canadá, RainCity Housing, una organización benéfica independiente que ayuda a las personas sin hogar, instaló bancos techados en la ciudad para dar cobijo a la gente sin hogares en la calle, en contraste con los anti-homeless spike que han hecho su aparición en las calles de Londres. El profesor Graham cree que el debate se intensificará. "Crear conciencia de lo que está pasando es un reto", dijo.