Desde su nacimiento en la Guerra Fría y la confrontación con los espías del bloque soviético, hasta su reestructuración operando unidades de comandos y aviones sin piloto armados con misiles en Afganistán, contra el grupo El Kaida (La Base), la CIA ganó su reputación por la estrecha relación de sus directores con los presidentes y la leyenda de sus operaciones encubiertas en el extranjero, más que por su dimensión, presupuesto o armas.

Ahora, sin embargo, la reforma de la "comunidad de inteligencia" después del 11-S le restó primacía entre las 15 corporaciones que la componen.

George Tenet, director que seguía la línea de los directores con estrechos vínculos en la Oficina Oval de la Casa Blanca, fue sustituido en 2004 por el ex legislador republicano Porter Goss, "hombre de pocas palabras y bajo perfil, de quien los empleados dicen que aún debe anunciar su visión para la agencia", expuso The Washington Post.

Hizo notar que Negroponte, ex embajador en México, Naciones Unidas e Irak, entre otros cargos de su extensa trayectoria, reemplazará a Goss "como la voz más importante que el presidente escucha en asuntos de inteligencia cada día"; además, otras dependencias, como el Pentágono y su vieja rival, la Oficina Federal de Investigaciones (FBI), buscan desempeñar algunas de sus funciones, para lo que la primera creó recientemente la Rama de Apoyo Estratégico.

A su vez, la FBI trata de reclutar "funcionarios extranjeros" residentes en EEUU, para servir como informantes de regreso a sus países.

"Con el Informe Diario del Presidente muy pronto en manos de Negroponte, oficiales de inteligencia señalaron que docenas de analistas de la CIA que lo elaboran se desplazarán a su oficina. Lo mismo hará el Consejo Nacional de Inteligencia (NIC), principal grupo de asesoría en la materia, que prepara evaluaciones y análisis a largo plazo", agregó.

Otros observadores, sin embargo, consideran que será necesario esperar hasta que se confirme la autoridad de Negroponte, que podría haber solicitado al presidente George W. Bush "poder de facto" para cumplir su misión.

Ello, explicó la revista de Internet Slate, debido a que la ley que estableció su puesto sostiene que no "abrogará las responsabilidades estatutarias" de las 15 agencias, que en el caso del Pentágono incluyen a las agencias de Defensa de Inteligencia, de Inteligencia Nacional Geoespacial y de Seguridad Nacional, así como la Oficina Nacional de Reconocimiento, a cargo de áreas de análisis, satélites, servicios de desciframiento de códigos y escuchas electrónicas.