La medida corre el riesgo de causar tensiones serias dentro de la Unión Europea. Alemania y Francia quieren mantener buenas relaciones con Pekín, tanto por cuestiones de prestigio nacional, en el caso de París, como comerciales, en el de Berlín. Pero, al mismo tiempo, Polonia y los países bálticos podrían estar a favor de adoptar medidas contra Pekín si pasa a apoyar militarmente a Rusia. Canadá también podría apoyar esa decisión, lo mismo que Japón, un aliado de Estados Unidos en Asia y rival de China que va a comprar 400 misiles de crucero estadounidenses, en lo que supone un avance de sus capacidades de defensa como no se había producido desde su derrota en la Segunda Guerra Mundial. Japón, además, reclama a Rusia la soberanía de las islas Kuriles, en el Pacífico, ocupadas por Moscú desde 1945.

Según la portavoz oficial de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, la reunión entre Biden y Von der Leyen será para tratar "el trabajo conjunto [entre EEUU y la UE] para hacer frente a los desafíos que presenta la República Popular China". Es una frase ambigua pero que parece indicar que en la agenda de la reunión va a haber temas que vayan más allá del Consejo de Tecnología y Comercio (CCT, por sus siglas en inglés) creado en 2021 por EEUU y la UE para coordinar sus políticas tecnológicas de modo que éstas no concedan ningún tipo de ventaja a China. Las relaciones entre EEUU, por un lado, y Alemania y Francia, por otro, en cooperación en ese ámbito están en un pésimo momento debido a la nueva legislación estadounidense destinada a fomentar la instalación de empresas tecnológicas y de energías renovables en su territorio.

¿RUSIA SE QUEDA SIN ARMAS?

El problema para Rusia es quedarse sin munición. Según fuentes conocedoras de la situación, las fuerzas de Moscú han estado disparando unos 60.000 obuses al día, según fuentes estadounidenses que prefieren mantenerse en el anonimato, que creen que, a este ritmo, Rusia se quedará sin balas de artillería en tres o cuatro meses, justo cuando se supone que Ucrania podría lanzar una ofensiva con los tanques y los sistemas antiaéreos Patriot que está empezando a recibir. Al mismo tiempo, Moscú está perdiendo en promedio 150 tanques al mes, mientras que solo es capaz de construir 20, según el semanario The Economist. Hasta la fecha, Rusia podría haber perdido más de 2.000 carros de combate en Ucrania.

Pero EEUU no solo está trabajando con la UE. También ha aumentado la presión sobre empresas de los Emiratos Árabes Unidos, Turquía, y de varias repúblicas ex soviéticas del Cáucaso y de Asia Central para que dejen de transferir tecnología estadounidense a Moscú. Según informaba ayer el diario Financial Times, esos países se han convertido en una especie de 'pasadizo' a través del cual Rusia obtiene tecnología occidental que utiliza tanto para mantener su industria como para equipar a sus Fuerzas Armadas en la invasión de Ucrania.