Halcones (militaristas) contra palomas (pacifistas). Partidarios de la guerra y de las acciones unilaterales contra defensores de las sanciones económicas y de una política coordinada. O sea: el equipo de Hillary Clinton, que ya está tomando posiciones de cara a 2017 -si ésta gana las elecciones- contra el de Barack Obama, para el que 2017 también es una fecha clave, porque ese año empieza su legado.

Y el viernes, Susan Rice, la directora de Seguridad Nacional y la persona a la que Obama escucha en política exterior y defensa, declaró que "no hemos tomado una decisión" sobre "la entrega de material militar letal" a Ucrania, aunque esa opción está "siendo considerada". Rice respondía así al informe realizado por, entre otros, la que posiblemente sería secretaria de Defensa si Hillary gana las elecciones, Michèle Flournoy, pidiendo 3.000 millones de dólares (2.630 millones de euros) en armas para Ucrania.

Rice también dejó claro que, si Estados Unidos arma a Kiev, lo hará "en estrecha coordinación con nuestros socios" europeos, y dio a entender que Washington no va a dejar que Ucrania estropee la relación entre EE. UU. y Rusia tan hasta el extremo de que Moscú torpedee lo que Obama quiere que sea uno de sus legados: un acuerdo nuclear con Irán.

Rice hizo esas declaraciones en la presentación oficial de la Estrategia de Seguridad Nacional, que es el documento que fija la política exterior de Estados Unidos. Aunque la asesora de Obama acusó a Rusia de cometer "actos atroces" en Ucrania y declaró que "continuaremos trabajando para aumentar el coste" que Moscú tiene que pagar por su intervención en ese país, también insistió en que "las herramientas no tienen que ser necesariamente militares". Y acabó con una puya a los republicanos al recordar que el Gobierno de George W. Bush, pese a su flamígera retórica, no hizo nada para sancionar a Moscú por su invasión de Georgia en 2008.