Primera sorpresa: con el conocimiento de las autoridades de Pakistán. Segunda sorpresa: con mucha más ligereza de lo que cabría pensar en unas acciones que involucran la más alta tecnología militar y un riesgo político considerable. Tercera sorpresa: EEUU mantiene un control aéreo permanente de los territorios autónomos pakistaníes que linden con Afganistán. De modo que la carta de Osama bin Laden a su hijo, encontrada en la casa del líder de Al Qaeda, en la que le pedía que viajara desde Irán a Pakistán solo en días nublados para que no le identificaran los 'drones', tenía mucho sentido.

Ésas son las revelaciones de una serie de actas de la CIA publicadas este por 'The Washington Post' y coescrito por el famoso reportero Bob Woodward, que destapó el caso 'Watergate', hace cuatro décadas. El artículo se basa en los registros de las reuniones rutinarias entre altos cargos de los servicios de inteligencia y diplomacia de EEUU y Pakistán desde 2007 (cuando aún estaba George W. Bush en la Casa Blanca) hasta 2012 en los que se habla, entre otras, de las operaciones 'Syl-Mag', la abreviatura de 'Sylvan-Magnolia' ('Selvático-Magnolia'), el nombre en clave de los ataques secretos con 'drones' en Pakistán.

Parte del artículo parece ser una 'vendetta' del Gobierno de Barack Obama con Pakistán. El Gobierno de Islamabad lleva años exigiendo el cese de los ataques con 'drones', y el actual primer ministro, Nawaz Sharif, de visita en Washington, enfatizó el pasado miércoles en un reunión con Obama "la necesidad de finalizar esos ataques". El 'Post' recuerda que durante varios años, los 'drones' actuaban desde una base situada dentro del propio Pakistán, y que el embajador pakistaní en Washington, Hussein Haqqani, solía ser puntualmente informado de los ataques en reuniones rutinarias con el subdirector de la CIA, Michael Morelli. Tanto Haqqani como Morelli han dejado sus cargos este año.

El diario explica que varios ataques se llevaron a cabo por indicación de Pakistán. Y también revela que el Gobierno de Obama adoptó, en los momentos más intensos de la 'guerra de los drones' —en 2010 y 2011— una estrategia bastante 'informal' a la hora de decidir los bombardeos.

Así, por ejemplo, el 23 de marzo de 2010 la CIA decidió bombardear con aviones sin piloto a un individuo al que los 'drones' habían visto manteniendo dos reuniones en sendos automóviles, y que, en el camino a esos encuentros, había cambiado de vehículo tres veces. Aunque esas informaciones sugieren claramente que la persona estaba tratando de evitar que la siguieran, no hay evidencia alguna de que estuviera ligada a actividades terroristas. Otro documento justifica un ataque con misiles antitanque lanzados desde uno o varios 'drones' por la "deferencia" con la que un grupo de terroristas fue recibido en un complejo de edificios. Aunque no hay estimaciones precisas, ya que la CIA, de hecho, no reconoce oficialmente haber llevado a cabo ataques con 'drones', se estima que la campaña de bombardeo ha causado alrededor de 3.000 muertos en Pakistán. En sus documentos oficiales, sin embargo, la CIA no admite ni una sola baja civil.

Finalmente, y gracias a su control de los cielos, EEUU es consciente de que muchos de los ataques a sus soldados y a las fuerzas de la OTAN son realizados con la ayuda activa de las autoridades de Pakistán. En los documentos queda claro que la entonces secretaria de Estado, Hillary Clinton, llegó a plantear a sus interlocutores pakistaníes evidencias de llamadas de teléfonos móviles de terroristas en Afganistán a los servicios secretos de Pakistán. Más espectacular es que los pakistaníes decidenvetar la entrada en el país de 37 presuntos agentes de la CIA que iban a llevar a cabo "una operación especial".

EEUU ha reducido de forma drástica el uso de 'drones' en bombardeos en Pakistán, Yemen, Somalia y otras zonas en las que hay grupos terroristas activos. En su lugar, está empleando de nuevo fuerzas especiales. Hace apenas dos semanas, por ejemplo, los Navy SEAL (de la Marina) y la Delta Force (del Ejército de Tierra) llevaron a cabo sendas operaciones en Somalia y Libia, respectivamente. La razón principal por la que se está optando por el uso de tropas en vez de máquinas parece ser la necesidad de evitar víctimas civiles que a su vez den motives a los terroristas para reclutar nuevos adeptos.