¿Necesitamos pensadores, intelectuales, comprometidos con la libertad y que contribuyan y colaboren con la resistencia y oposición y derrota de la intrusión cubana y dictadura comunista?

¿Hay intelectuales afectos al presente tentáculo comunista? ¿Aquellos que sucumbieron, en diverso grado, al bajeo, al hechizo del actual poder totalitario? ¿Quiénes y cuales son? Habrá que identificarlos y conocer sus motivos y razones. Así paso en Rusia, Alemania, Cuba, Corea norte, China, etc.

Pero hay, también, pensadores, intelectuales, comprometidos con la libertad, afortunadamente. También habrá que identificarlos y conocer sus motivos y razones. Y, sobre todo, averiguar el secreto, el cómo y el por qué han podido rechazar frontalmente la tentación de adorar el totalitarismo del actual utópico almunafika, forrado con los billetes verdes de todos y mal usados.

¿Cuál tipo de libertad practican nuestros pensadores, intelectuales? ¿Cuál tipo de libertad sugieren al pueblo practicar cotidianamente para evitar el totalitarismo, la colonización, la dictadura y desastre nacional actual?

¿Por qué algunos pensadores, intelectuales, se pliegan a pseudo líderes utópicos cuya política esta fundamentada en la supresión de la libertad? ¿Por qué un totalitarismo y una invasión desde Cuba cuando la historia nos muestran sus anteriores fracasos? ¿Acaso el fascismo, nazismo, no sucumbió en la segunda guerra mundial? ¿Acaso el comunismo no sufrió su entierro en 1986? ¿Por qué permitimos eso ahora en el país que no existe?

¿Cómo explicamos la desaparición de Yugoslavia y atomización de la antigua Urss? ¿Las guerras caucásicas? ¿Los populismos dictatoriales en Nicaragua, El Salvador, Ecuador, Bolivia, Argentina, Paraguay? ¿La anulación de Haití? ¿La invasión y toma de Venezuela por Cuba? ¿El apuntalamiento de España a los regimenes dictatoriales en América como el cubano y, ahora, este? ¿La neutralidad interesada y cómplice de Brasil y hasta de Usa y OEA y ONU? ¿Además, la pretensión nuclear de Irán y su yihadismo? ¿La no reacción de las supuestas democracias y demócratas del planeta? ¿La no presencia y activismo del mundo liberal? Así comenzó nuestro nuevo año 2010 del siglo XXI.

Los intelectuales, pensadores, comprometidos con la libertad, en mí pensar, están llamados a demostrar, una vez más, que es posible mantenerla aun en las peores circunstancias y que es posible resistir, oponerse y derrotar a la servidumbre, a la esclavitud, y a las dictaduras por muy fuerte que aparenten o se muestren.

¿Tenemos intelectuales que funcionan bajo principios – autonomía - y que no han perdido su norte? ¿Cuáles serian las expectativas éticas del ciudadano, del pueblo, con relación a sus intelectuales? ¿Quiénes y cuales serian nuestros intelectuales que no están al servicio de una ideología y/o partido político comunista, socialista, colectivista, esclavista, racista, como el actual? ¿Quiénes y cuales funcionan en base a señales, tipo sensores, de su entorno y simplemente se acoplan a ellas? Repasemos un poco.

Europa: Hubo un tiempo en que a los intelectuales en Europa se les respetaba y apreciaba, se les atribuía “conciencia moral”. Posiblemente venia de la antigua Grecia. En la conveniencia de diferenciar a los filósofos de los políticos para salirle al paso a la enseñanza de Platón según la cual el gobernante ideal era el rey filosofo. El “rey filósofo” se considera el origen de todas las doctrinas totalitarias, según diversas opiniones. Max Weber insistió, según algunos tratadistas, en que las profesiones del político y del intelectual son irreconciliables.

Usa: Desarrollaron algunas maneras de referirse a los intelectuales: una, “quienes necesitan más palabras para decir más de lo que sabe”; otra, “quienes cumplen la función de defender valores eternos como la justicia y la razón”; la tercera cultura: “la forman científicos y otros pensadores empíricos que, a través de su trabajo y su escritura, están tomando el lugar de los intelectuales tradicionales en la tarea de sacar a la luz los significados profundos de nuestras vidas, redefiniendo quién y qué somos”… “A lo largo de la historia, la vida intelectual se ha caracterizado por el hecho de que sólo un reducido número de personas se ha encargado del pensamiento serio por todos los demás. Estamos siendo testigos de cómo un grupo de pensadores, los intelectuales literarios tradicionales, le pasan la antorcha a un nuevo grupo, los intelectuales de la emergente tercera cultura”.

Fue, tal vez, Julien Benda (París, 1867 - 1956), filósofo y escritor francés, partidario del intelecto comprometido y del racionalismo quien se opuso a Henri Bergson que defendía la intuición. Era contrario a las teorías religiosas y también a la corriente existencialista, en su célebre ensayo La trahison des clercs – “La traición de los intelectuales”-, publicado en 1927, acusó a los intelectuales franceses de haber traicionado esa función sagrada,… “por no haber defendido la justa causa en el caso Dreyfus, y describió varios modelos de autoengaño que les permitieron renegar de la misma en aras de unos ideales supuestamente superiores”.

Para algunos estudiosos,… “Benda introdujo en la vida de los europeos un concepto sin sentido que todavía está de moda: la responsabilidad de los intelectuales. A propósito del caso Dreyfus, Benda formuló expectativas imposibles en relación con los que trabajan con las palabras y las ideas, exigiéndoles una participación y responsabilidad fundamentales en la vida política”.

“La responsabilidad de los intelectuales se planteó con particular sutileza al término de la Segunda Guerra Mundial cuando se cuestionó la actitud pasiva o cómplice de las elites alemanas ante los crímenes del Tercer Reich, y tras la destrucción de Yugoslavia, cuyos intelectuales se esforzaron en poner al día las mitologías nacionalistas”.

Sigue en cuestión la diferencia entre el político y el intelectual, el pragmatismo norteamericano (los intelectuales al espacio académico, los políticos a la defensa de los valores de la justicia y la razón) y la conducta europea (los intelectuales deben ocupar el mismo rol que los sacerdotes en una sociedad tradicional).

En la Europa del Este, durante la Guerra Fría, los intelectuales se comportaron como sacerdotes, para ciertos analistas.

Bajo el comunismo, que aspiraba a suprimir cualquier atisbo de religión o de ética que no afirmase los valores utópicos de la hermandad e igualdad y los principios del materialismo dialéctico, los intelectuales jugaron un papel de dos caras.

Con una cara, la gran mayoría de ellos dieron la legitimidad a la ideología comunista. No en vano Lenin había afirmado que el comunismo sería socialismo más electricidad.

Con la otra cara, los intelectuales fueron los primeros en decepcionarse con el comunismo y, desde la revolución húngara de 1956, encabezaron las rebeliones contra el poder soviético en los países del Pacto de Varsovia.

Fueron los intelectuales quienes también contribuyeron a que se negociase en Helsinki, 1975, la definición de los “derechos humanos” lo que implicaba una exigencia por ampliar la libertad de expresión y la libertad religiosa. Disidentes como Vaclav Havel fueron reconocidos como luchadores por el ideal de la democracia liberal.

Czeslaw Milosz (1981a) en su ensayo El pensamiento cautivo, publicado en 1953 en París, hizo un estudio crítico sobre los intelectuales que vivieron en los regímenes comunistas y se adaptaron a ellos, sacrificando sus capacidades intelectuales.

Se iniciaba el derrumbe del comunismo, había perdido su credibilidad y sus “voceros” ya no tenían ningún poder intelectual que exhibir. Algunos de ellos se convirtieron en “profetas” de otra ideología colectivista, el nacionalismo étnico, el nacional socialismo y al fascismo. Adoraron a Mussolini y a Hitler.

¿Y, ahora, donde están y que están haciendo nuestros intelectuales por colaborar activamente a librarnos de esta dictadura comunista dirigida por el stalin del caribe y ejecutada por su muchacho malcriado, el utópico almunafika?

Tengamos presente que: como nos lo demuestran todas las aventuras totalitarias, el camino mas corto para obtener consenso y para convertir a los demás del error a la verdad es el “terrorismo intelectual”, y luego la tortura, la cárcel, la censura, el asesinato político, la intimidación moral, el manicomio. Esta a la vista.

Por favor, la sociedad civil del país que no existe requiere de la presencia y acción continua de sus pensadores, intelectuales. No dejen solo al pueblo. Confíen en este su pueblo, en el ciudadano, en sus orígenes, en su permanente declaración de independencia y de fraternidad. En la lucha, hombro con hombro, por la libertad y la democracia plural y la propiedad y la liberación, y en otros aspectos, también somos iguales. Seguiremos.

“La verdad se robustece con la investigación y la dilación; la falsedad, con el apresuramiento y la incertidumbre”

Publius Cornelius Tacitus (55-120 d.J.C.): Cornelio Tácito (Cornelius Tacitus) fue un historiador, senador, cónsul y gobernador del Imperio Romano