Porque hay que decir que esta decisión es trascendental para Argentina aunque muy pocos resaltan los costos y peligros que puede acarrear.

En primer lugar, Kirchner ha querido con esta decisión sacarse del medio al FMI para poder acceder a lo que en jerga peronista se denomina "independencia económica", es decir, el tan deseado sueño de la autarquía que permitiría la ausencia de injerencia de un organismo multilateral en el desarrollo de futuras estrategias económicas. Echarle las culpas al FMI para eximir de culpas al Gobierno ha sido una constante en los gobiernos latinoamericanos y el de Kirchner no fue la excepción.

Reconozcamos que muchas recomendaciones del FMI no fueron apropiadas. Pero en los últimos tiempos las advertencias del FMI aconsejando la eliminación de impuestos distorsivos, renegociar la deuda externa con los holdouts internacionales, -como España, quien le prestó a la Argentina 1000 millones de dólares antes de la crisis del 2001- la reforma del régimen de coparticipación federal y la renegociación de las tarifas de los servicios públicos tenían mucho asidero. Ahora muchos temen que Kirchner, sin las ataduras del FMI, se deje llevar por los cantos de sirena del populismo derrochador y redistribucionista antes que mantener una rígida disciplina fiscal y un escrupuloso gasto público.

Se ha defendido desde el gobierno de Kirchner que esta medida beneficia al pueblo argentino, y así al menos también ha sido "vendida" por los medios de comunicación. Pero aquí mismo debemos matizar y decir que aplaudimos que el gobierno honre sus deudas con el FMI pero al mismo tiempo nos preguntamos porqué no tuvo el mismo respeto con los ahorros de los ciudadanos argentinos. Como ha planteado la Fundación Atlas 1853, Argentina trata de una manera al FMI y de otra muy distinta a sus propios ahorristas, a quienes castigó con una quita salvaje cercana al 75% la tenencia de bonos de deuda argentina, lo cual, dicho en criollo, es un robo legal inaceptable.

Ahora habrá que ver cómo responden los inversores, el dólar y la inflación. El diario Financial Times advirtió que la disminución de casi el 37% de las reservas totales aumenta la vulnerabilidad argentina en caso de una crisis internacional (shock externo), por ejemplo, ante una suba de tasas abrupta en Estados Unidos, que genere una estampida de mercados emergentes como sucedió en 1995 en México. Por otra parte, para ganarse la confianza del mercado y de los inversores, el gobierno deberá dar muestras de poder mantener una impecable conducta en el manejo de la caja, manteniendo o incluso incrementando el ahorro en las finanzas públicas.

Por último, la cancelación de deuda con el FMI es sólo el 8,9% de toda la deuda externa argentina. Lejos está de ser la panacea que Kirchner anunció emocionado en la Casa Rosada delante de toda la clase política argentina. Como mucho cabe esperar en el mejor de los escenarios que contribuya a alcanzar los enormes desafíos que le quedan a Argentina en materia económica.