La luna de miel de Eduardo Rodríguez en Bolivia no ha llegado todavía a su fin y ya se perfilan los candidatos a la próxima elección presidencial. Evo Morales ya tiene un contrincante serio. Es Jorge Quiroga, el ex presidente que gobernó Bolivia entre julio de 2001 y agosto 2002.

Quiroga se perfila en las encuestas como el candidato preferido para las nacionales de diciembre. Será la primera vez que postula para ocupar el primer cargo público del país. Jorge Quiroga fue el compañero de fórmula de Hugo Banzer y juntos ganaron los comicios de 1997 que los llevaron a la Presidencia. Tras la muerte de Banzer, en 2001 asumió el mando de la nación por un poco más de un año.

Quiroga propone una reingeniería del país a partir de las elecciones generales, el referéndum para las autonomías y la Constituyente. Para él ha llegado el momento de atender con carácter prioritario a los indígenas, demanda que sería canalizada en la Constituyente. Respecto a las autonomías, plantea conformar gobiernos departamentales con sistemas autonómicos, que sean solidarios en lo económico, unidos en lo político y con inclusión en lo social.

El ex presidente aludió este fin de semana a sus potenciales contendores en las futuras elecciones generales: "No necesitamos petrodólares negros ni narcodólares blancos", apuntó en referencia al líder del MAS, Evo Morales, y su relación con el presidente de Venezuela, Hugo Chávez.

Preocupa, sin embargo, en este candidato su indefinición a la hora de avanzar en el campo de las reformas estructurales. Quiroga sostuvo que no se identificaba con la derecha ni la izquierda, y se ha mostrado duro contra "el fundamentalismo de mercado", abriendo una seria incógnita acerca de sus reales diferencias con el resto de los líderes que hoy gobiernan en la región. ¿Populista disfrazado de reformador u oportunista electoral con ideas de estadista?

El discurso de Quiroga, por otro lado, llama al consenso y a la reconciliación, lo cual es lógico luego de la descomposición institucional que soportó el país hace un par de meses. Pero Quiroga no puede darse el lujo de la ambigüedad en dos cuestiones: su política en relación al gas y su solución al desafío autonómico. En otras palabras, qué va hacer para mantener la unidad de la nación y cómo afrontará las exigencias de Santa Cruz y El Alto, las zonas más explosivas de Bolivia.