Luego de casi dos años del reinicio de las operaciones en Ucrania podemos ensayar algunas reflexiones a modo de balance.
En todos los fenómenos sociales, y especialmente en la
guerra dada sus graves consecuencias, se pueden abordar vías o caminos para su
estudio e investigación. Uno de ellos es el punitivo, para deslindar
responsabilidades en especial cuando la suerte de las armas ha sido adversa; el
otro es el de aprender sobre los errores, para evitar que vuelvan a repetirse.
A estas enseñanzas se las llama lecciones aprendidas. Muchas veces, aún el
bando ganador incursiona en la investigación de lo que ha ocurrido, para ver
hasta qué punto las cosas eran perfectibles, o si se hubiere logrado el mismo
objetivo con menos sacrificios y pérdidas. En estas líneas no seguimos el
derrotero punitivo, sino el de las lecciones aprendidas.
Las lecciones aprendidas se pueden analizar según el
nivel de la conducción, el primero es el nivel estratégico nacional, quien
determina lo que se llama el Estado Final Deseado Estratégico que materializa,
con indicadores concretos, cómo se logra el propósito de la guerra.
Luego, se encuentran los niveles sectoriales, entre ellos
la Estrategia Militar, es decir ministerio de defensa y el Estado Mayor
Conjunto, quienes deben elaborar una directiva estratégica que incluya las
misiones particulares para los distintos comandos operacionales.
A continuación, se encuentra el nivel estratégico
operacional, que transforma el efecto final deseado en objetivos tácticos, a
través de lo que se llama el Plan de Campaña, que debe ser ejecutado por los
componentes aeroespaciales, navales, de ciberdefensa y terrestres del Teatro.
Haremos una enumeración de algunas lecciones aprendidas
por nivel de la conducción, (no son todas, son algunas) .
ALGUNAS LECCIONES
a) Se debe partir de un análisis de la situación
internacional adecuado y realista, y tener clara la posición del país en ese
contexto.
La forma en que continuará la guerra en Ucrania durante
2024 depende principalmente del apoyo de “Occidente”, sobre todo de Estados
Unidos y la UE, a Ucrania. Quizás sería mejor -aunque no del todo correcto
desde el punto de vista geográfico- hablar del "norte global", ya
que, además de China, muchos Estados del "sur global" tienden a
apoyar la posición rusa en este sentido.
Si aplicamos el derecho de autodeterminación de los
pueblos, corresponde principalmente a Ucrania decidir cómo quiere o puede
proceder. Por el momento, el claro deseo de la mayoría de la población es
liberar completamente el país y pasar a formar parte de la UE y la OTAN. Una
Ucrania influenciada por las ideas angloamericanas mucho antes de 2014, para
implantar una nueva cultura, transformar la cosmovisión, ofrecer La Sociedad
Opulenta, que según Augusto del Noce, es un nuevo tipo de totalitarismo más sutil,
que no construye ni gulags ni campos de exterminio, pero que opera de una forma
silenciosa en el espíritu humano: ¿Cómo actúa este nuevo totalitarismo?
Reduciendo el espíritu humano a mero cuerpo operativo que se ajusta a un
sistema instrumental en la sociedad. La sociedad actual, que es totalmente
instrumental, se adjudica a sí misma como un mundo donde las preguntas
metafísicas, filosóficas y teológicas no solo son irracionales, sino que
carecen de sentido hacerlas, ya que no contestan nada para el hombre de dicha
sociedad.
Históricamente, en ese Occidente Opulento no son
conscientes del efecto de atracción que ese bienestar infinito, ha creado en
los países de Europa Central y Oriental después del fin de la Unión Soviética.
No fueron los Estados Unidos y Europa los que forzaron a estos países a
ingresar en la UE y la OTAN, sino que estos países y sus poblaciones querían
ser parte de esta comunidad.
Los “centroeuropeos” ya no querían ser “europeos del
este”. El consumo y la prosperidad, es decir el “poder blando”, eran
simplemente demasiado tentadores. En cierto modo, esto fue una repetición de un
desarrollo que tuvo lugar en Europa occidental después de la Segunda Guerra
Mundial: recordemos la reputación seductora que Estados Unidos tenía en los
años cincuenta y sesenta, sobre una Europa arrasada por la guerra.
SOLZHENITSYN
Pero…como ya decíamos en La Prensa el ….., refiriéndonos
al gran Alexander Solzhenitsyn “con algunos años viviendo en Occidente apuntó a
reflexionar sobre las señales alarmantes y peligrosas que percibía de la
evolución del Estado de Bienestar”.
Lejos de caer en una visión binaria y simplificada del
mundo, el historiador ruso advirtió que la “división es mucho más profunda y
más alienante”. Desde el inicio de su exposición salió de un análisis acotado a
las dos grandes potencias del momento e hizo referencia al Tercer Mundo y a la
existencia de un número mayor de antiguas culturas autónomas “llenas de
acertijos y sorpresas para el pensamiento Occidental” que todavía estaba
demasiado lejos para ser visto. Mencionó en esa categoría a China, a India, al
mundo musulmán y a África, entendidas como unidades compactas. De algún modo
también incluyó a Rusia que estaba “cautiva” del comunismo. Una aproximación a
lo que hoy el papa Francisco llama “mundo poliédrico”.
Una de las frases de Solzhenitsin tiene absoluta
correspondencia con un discurso neocolonial que sigue repitiéndose desde
Iberoamérica: “Existe la creencia de que todos aquellos otros mundos están solo
siendo temporalmente impedidos por débiles gobiernos o por fuertes crisis, o
por su propia barbarie o incomprensión para tomar la vía de las democracias
pluralistas Occidentales y adoptar su forma de vida. Los países son evaluados y
juzgados según el incremento de su progreso en esta dirección. Sin embargo, esta
concepción es el fruto de la incomprensión occidental de la esencia de los
otros mundos”. Y esto marca un grave error de apreciación estratégica.
EL SUR GLOBAL
b) Aliados y partidarios invisibles.
Las alianzas y apoyo internacional deben ser concretadas
y desarrolladas antes del conflicto y no durante, así Rusia no podría luchar ni
ganar esta guerra sola. Pero, y esto hace una gran diferencia: puede basarse en
el “Sur Global” (¡aunque este término es geográficamente inexacto!). Las armas
de Corea del Norte e Irán ayudaron a los rusos a cubrir la escasez. Esto
significaba que las líneas del frente rusas podían reforzarse y abastecerse
continuamente. A través de iniciativas diplomáticas, Rusia logró consolidar su
posición en el Sur Global e incluso formar nuevas asociaciones. Nuevos
conflictos, como los de la Franja de Gaza o los ataques de los hutíes en el Mar
Rojo, están causando cada vez más problemas al “Norte Global”. Desde la
perspectiva rusa, esto es un éxito y da confianza a los dirigentes rusos.
Además, esto permite a la parte rusa parecer igualmente potente en la guerra de
información, reunir a su propia población detrás de ella y continuar atacando
masivamente.
Por otro lado, la alianza atlantista también se tejió
antes pero hoy muchos aliados occidentales se resignan cada vez más y, a
puertas cerradas, ya piensan en una Ucrania dividida.
UNIDAD NACIONAL
c) La causa nacional:
Las causas nacionales son siempre un factor de unidad de
la sociedad, como bien lo sabemos nosotros ya que la causa Malvinas mantiene
presencia indeleble en la conciencia colectiva argentina.
Rusia llega a 2024 con una confianza muy alta en sí misma
y espera lograr más éxitos decisivos, especialmente militares, en los próximos
meses. Está cada vez más convencida de que tiene capacidad de permanencia, en
comparación con el “Norte Global”.
El año 2024 es un año electoral importante, no sólo en
Estados Unidos. En este contexto, Rusia espera que estas elecciones fortalezcan
a las fuerzas que se oponen a un mayor apoyo a Ucrania. Por lo tanto, sólo
habría que esperar hasta el resultado electoral previsto. Putin se ve a sí
mismo en el camino ganador, lo que hace innecesarias las negociaciones en este
momento; solo es cuestión de seguir este camino hasta el final, a pesar de
todas las pérdidas. Putin también espera con confianza su propia elección en
2024. La población rusa sigue masivamente la narrativa de la Gran Guerra Patria
2.0; y en su marco las opiniones disidentes no encuentran respuesta.
Por lo tanto, 2024 será el punto culminante de la guerra
de Ucrania, lo que significa que las medidas de apoyo que se adopten, o no, en
los próximos meses, contribuirán decididamente el futuro del conflicto. Además
de las próximas elecciones presidenciales con un resultado incierto, Estados
Unidos está cada vez más preocupado por otros conflictos y desafíos. La
necesaria alianza marítima en el Mar Rojo para proteger una de las rutas
comerciales más importantes del mundo, el apoyo militar y financiero a Israel,
los crecientes ataques a las bases estadounidenses en Irak y Siria, el problema
de Taiwán y la cuestión de la política fronteriza con México están empujando a
tomar decisiones. Por otra parte, la mayoría de los ciudadanos estadounidenses
tienen poco interés en las cuestiones de política exterior.
QUE HARA EUROPA
De acuerdo con nuestros análisis y como ya hemos señalado
en La Prensa, ante la falta de recursos humanos y materiales, Ucrania necesita
que los europeos deban asumir un papel más amplio y, sobre todo, más
protagónico en la guerra de Ucrania (Siguiendo a del Noce, Emanuel Todd y
Alexander Solzhenitsyn, creemos difícil que esto suceda).
Según los analistas más serios, no hay evidencia de una
implementación del tan citado “punto de inflexión”, para usar este término
acuñado con entusiasmo en Alemania. Si se quiere evitar que Rusia gane impulso
en 2024, es decir, no sólo conservar los territorios ucranianos ocupados, sino
incluso ampliar sus conquistas, entonces se deben tomar medidas rápidas y
decisivas. Si esto no sucede, existe el riesgo de una situación congelada
análoga a la Guerra de Corea, incluido un Telón de Acero 2.0 o, en caso de nuevas
pérdidas importantes de territorio, incluso una derrota masiva para Ucrania.
Continuará la semana próxima con lecciones y proyecciones
del nivel estratégico militar (o sea, la parte 2).
***Gabriel Camilli, Cnl My (R) - Director del Instituto
ELEVAN.-
https://www.laprensa.com.ar/Lecciones-aprendidas-y-proyecciones-Parte-I-541298.note.aspx