Coincidimos con muchos analistas acerca de que la guerra irrestricta europea será larga. Entre otros, el analista R. Fraga resume los siguientes datos: “El presidente Vladimir Putin, hablando en el Foro de Vladivostok, sostuvo que está por delante una guerra extensa y que continuará mientras Ucrania tenga hombres para pelear y armas para usar.
Coincidimos con muchos analistas acerca de que la guerra
irrestricta europea será larga. Entre otros, el analista R. Fraga resume los
siguientes datos: “El presidente Vladimir Putin, hablando en el Foro de
Vladivostok, sostuvo que está por delante una guerra extensa y que continuará
mientras Ucrania tenga hombres para pelear y armas para usar. El Secretario
General de la OTAN, Jens Stoltenberg, dijo que la guerra de Ucrania será larga
y que tiene un final incierto, exhortando a los países de la OTAN a incrementar
su gasto en defensa. El Jefe del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, el
general Mark Milley, también hizo afirmaciones respecto a que la guerra se
prolongará. La iniciativa diplomática del Vaticano para crear condiciones para
la paz en Ucrania, realizada desde junio en forma paralela a la contraofensiva,
no arrojó resultados concretos”.
Como vemos, desde diferentes y variadas perspectivas hay
un lugar común: una guerra larga.
Ucrania debe prepararse para una guerra larga. ¿Qué
significa eso? Por ejemplo (Un tópico entre otros tantos) que Ucrania necesita
una base industrial que funcione para poder alimentar esta guerra con recursos.
Pero el dilema es que los rusos iniciaron una campaña aérea estratégica el 10
de octubre del año pasado.
Esto intenta afectar la infraestructura crítica y, en el
siglo XXI, eso es principalmente el suministro de energía.
Y ello provocó que entre el 50 y el 60 por ciento del
suministro eléctrico quedara destruido o gravemente dañado.
Ucrania necesita ahora un interior seguro, protegido de
tal manera que pueda volver a desarrollar su capacidad industrial, si quiere
evitar estar siempre en una dependencia absoluta de Europa y los Estados
Unidos.
Ese es el caso en este momento. Se pueden producir
pequeños drones a gran escala, pero ahora la capacidad realmente industrial
para operar una fábrica de tanques, de municiones o material más sofisticado es
un desafío.
En concreto, esto significa que Ucrania necesita sobre
todo defensa aérea para poder proteger su territorio, que es enorme. Con los
sistemas ya entregados desde Occidente, existe el dilema de que estos sistemas
no son suficientes para cumplir dos tareas principales al mismo tiempo, a
saber, proteger a las fuerzas en el frente de amenazas como los drones Lancet y
proteger la profundidad del país y las ciudades, pero también instalaciones
importantes como aeropuertos de amenazas de orden estratégico como los misiles
Kalibr o los drones Shahed.
Y lo que se ha logrado hasta ahora en materia de defensa
aérea es demasiado poco si se tiene en cuenta que el nivel de producción rusa
de misiles de crucero no sólo ha alcanzado el nivel de antes de la guerra, sino
que incluso ya lo supera.
Además, vemos que los rusos quieren poner en
funcionamiento una fábrica de drones que podría producir seis mil drones de
origen iraní lo que, por supuesto, significa que todos estos drones tienen que
ser derribados primero, porque si impactaran producirían un daño importante. Es
importante destacar la gran cantidad de sistemas de defensa aérea que se
necesitan para “cubrir” objetivos críticos de alto valor estratégico. Por
supuesto, eso es difícil porque habría que crear una lista de prioridades. Para
ello se deben responder preguntas tales como: ¿Qué se quiere proteger? ¿Por
ejemplo las ciudades, la población, la industria? Esto determina las cantidades
y de allí se establecen las prioridades. El hecho es que lo que hay ahora
todavía no es suficiente para ofrecer esta protección a largo plazo. Estamos
ante “una manta corta”.
Es cierto que el sistema de defensa antiaérea de Ucrania
tiene una tasa de efectividad muy alta, o sea alta eficacia, pero es suficiente
si uno de cada 10 drones impacta, por ejemplo, si un dron golpea un
transformador de 750 kVA, lo destruye y es de difícil reposición. No se
consigue en cualquier ferretería, esto tiene que producirse y solo se puede
entregar en un par de años su reemplazo, en las circunstancias actuales.
Hay suficientes casos documentados en los que se puede
ver que los rusos, esencialmente, dieron en el blanco. La situación
estratégica.
En este marco de situación, el presidente Zelensky está
urgido a conseguir dinero del sector privado estadounidense, pero se expone a
un posible rechazo del Congreso. Hay síntomas de que se está rompiendo el dique
del apoyo occidental unificado a Ucrania, y el momento no podría ser peor para
Zelensky.
Para completar el cuadro, el miércoles pasado por la
noche llegaron noticias desde Polonia que podrían cambiar todo el curso de la
guerra. “Polonia ya no armará a Ucrania para centrarse en su propia
defensa", anunció el primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, pocas
horas después de que Varsovia convocara al embajador de Ucrania en relación con
una nueva guerra por el grano bloqueado, según la AFP. Varsovia fue (hasta ahora)
el partidario más leal de Kiev en la guerra entre Ucrania y Rusia durante más
de un año y medio.
ALGUNAS OBSERVACIONES
Pese a la ayuda occidental, la disparidad económica,
militar y demográfica en favor de Rusia sigue siendo abrumadora. La economía
rusa se encuentra mayormente intacta, a pesar de la gran cantidad de sanciones
que los poderes occidentales y sus aliados le han impuesto.
Desde el punto de vista de los Recursos Humanos
disponibles, Rusia posee un mayor potencial de movilización. Las contraofensivas
exitosas de Ucrania en los meses pasados (en el Donbas y en Kherson en 2022) se
dieron en condiciones de coyuntura muy favorables, que difícilmente se puedan
repetir en el futuro.
La capacidad de la industria militar occidental para
abastecer a Ucrania de municiones y sistemas de armas críticos está siendo
sobrepasada. “La economía basada en servicios no es lo más adecuado para
enfrentar una guerra entre Estados, y Ucrania, antes de esta guerra, transformó
su economía de industrial a exportadora de bienes primarios y servicios. Hoy
depende del abastecimiento y del mantenimiento de la OTAN”, según relata el
Cnel J. Duran. Los tanques y aviones prometidos, son insuficientes, en
cantidad, como para hacer una diferencia crucial y tardarán meses en ser entregados.
INQUIETANTES DECLARACIONES
La última edición de The Economist describe cómo será la
próxima fase de la guerra de Ucrania. El periódico comienza reconociendo
finalmente que la contraofensiva –que ha estado promocionando durante meses– ha
sido un fracaso catastrófico: “Ucrania ha liberado menos del 0,25% del
territorio que Rusia ocupaba en junio. La línea del frente de 1.000 kilómetros
apenas se ha movido”.
Por esto murieron 40.000 ucranianos (estimación oficial,
por lo que probablemente sean más). Y lo que es peor, esto era totalmente
predecible... y de hecho había sido predicho. Sin embargo, The Economist
continúa diciendo inmediatamente que: “Pedir un alto el fuego o conversaciones
de paz no tiene sentido. Vladimir Putin no muestra signos de querer negociar e,
incluso si lo hiciera, no se puede confiar en que cumplirá el acuerdo.
Cualquier alto el fuego sería simplemente una pausa para rearmarse y prepararse
para atacar nuevamente. Si los ucranianos dejan de luchar, podrían perder su
país”. Esto es interesante porque es Rusia la que, en los meses y semanas
previos a la invasión, buscó repetidamente una solución diplomática para evitar
la guerra, sólo para ser rechazada sistemáticamente por Occidente. “El
compromiso continuo de Putin con una resolución pacífica de la crisis ucraniana
era... evidente”, escribe el historiador Geoffrey Roberts en un estudio para el
Journal of Military and Strategic Studies:
https://jmss.org/article/view/76584/56335. Y es Rusia la que, en las semanas
posteriores a la invasión, participó en varias iniciativas diplomáticas que
fueron sistemáticamente saboteadas por Occidente. En cuanto a utilizar el alto
el fuego como estrategia para rearmarse, bueno, eso es exactamente para lo que
Ucrania y Occidente han admitido haber utilizado los acuerdos de Minsk
(https://unherd.com/thepost/were-the-minsk-agreements- diseñado para fallar/),
por lo que, en el mejor de los casos, esto parece un caso clásico de
proyección. Dicho esto, es cierto que llegar a un acuerdo ahora es más difícil
porque el descarrilamiento de las conversaciones de paz por parte de Washington
al comienzo de la guerra ha permitido a Rusia obtener una ventaja táctica que
ahora hace que un acuerdo negociado sea mucho más difícil de lograr.
LUEGO DE 19 MESES
Se observa claramente un efecto de desgaste sostenido, la
caída de los suministros de armas y municiones o la ausencia de un éxito
rotundo y decisivo para las fuerzas armadas ucranianas con apoyo de la OTAN
podría significar que Ucrania se vea obligada a entrar en un alto el fuego a
finales de año, de manera análoga a la guerra de movimiento inicial y la
posterior la guerra de trincheras que culminó en el acuerdo de armisticio
resultante en Corea en julio de 1953. Ucrania y los aliados occidentales están
tratando de evitar este desenlace a toda costa.
***Gabriel Camilli, Cnl My (R) - Director del Instituto
ELEVAN.
https://www.laprensa.com.ar/Ucrania-se-prepara-para-una-guerra-larga-535580.note.aspx