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16/12/2022 | Opinión - ¿Cómo se reconstruirá Ucrania?

Gabriel Anibal Camilli

"Unipolaridad" que ya se veía en 1999 -a sólo 10 años de la caída del muro de Berlín- se fue acentuando al ritmo del crecimiento de las economías China e India. La consolidación de sectores de Medio Oriente y el freno a la llamada "Primavera Árabe" que permitió controlar el petróleo por EEUU, cosa que logró en Irak y en Libia, pero que fracasó en Irán y en Siria (en esta última con un costo tremendo) debido a la participación de Rusia y Turquía. Antes del rompimiento de la efímera unipolaridad, coincidió con la decisión de los grandes grupos económicos por acentuar el control de la natalidad y con las caídas de las fronteras con la formación de organizaciones transnacionales, el debilitamiento de todas las FF.AA. periféricas y la caída de las fronteras con el respectivo aumento de los tráficos ilegales de todo tipo. Esta situación fue percibida por a Rusia como un intento de colocarla contra la espada y la pared.

 

Y ciertos sectores del mundo como sucedió entre nosotros con muchos países de América del Sur, vieron la posibilidad de filtrarse por esa fisura para eludir la tenaza que el Nuevo Orden Mundial cierne sobre todo el mundo con el guante suave de una pseudo democracia global, aplaudida por todos los medios de comunicación y las redes sociales. Se produce una homogenización de normas y cosmovisiones que mostró sus dientes con la pandemia del 2020. Esto detonó una alarma en muchas personas y en muchos países.-

Rusia se dio cuenta que si no consolida su dominio sobre el Mar Negro y distiende su tradicional rivalidad con China, no puede hacer frente al cinturón que contra el Eje Báltico-Mar Negro se cernía sobre ella y en realidad sobre toda la Europa aún no "dominada" por la filosofía del NOM.-

Esto provocó el agravamiento de la guerra entre Rusia y Ucrania que termina con la era de las guerras híbridas y asimétricas por la Guerra abierta y convencional entre la Federación Rusia y sus aliados asiáticos -Siria, Chechenia, Kazajistán, Irán, la India y la europea Bielorrusia- contra Ucrania y toda la NATO unida aún en contra de sus propios intereses.

Actualmente temen que China dé otro golpe a la unipolaridad en Taiwán. Rusia canceló sus negociaciones para devolver a Japón las Islas Kuriles. Alemania queda en el medio entre sus necesidades reales y la presión del grupo NATO. Detrás, avivando el fuego se encuentran EEUU e Inglaterra verdaderos autores del drama. Francia y Turquía pretenden ser mediadores porque saben que si se agrava el conflicto van a estar en el ojo del huracán nuclear. En una palabra la doctrina de la "disuasión" del General Baufré de la década del 70 del siglo XX vuelve con toda su fuerza y entonces los peligros de guerras periféricas reaparecen como la forma de evitar la hecatombe.-

Por lo tanto si no se llega a la Guerra Nuclear, reaparece el armamentismo intermedio y las fronteras volviendo de golpe a la situación del año 1980. Esto indica como lo demostró la crisis de los granos de Ucrania -aparentemente destrabada por Rusia con la intervención protagónica de Turquía- que el hambre puede hacerse presente a nivel mundial en cualquier momento. Y que hacer vías de intercambio. Exportación y sobre todo producción de alimentos y su manufacturación es una gran opción a considerar, así como elementos para la defensa de bajo costo y mucha necesidad.-

¿UNA HIPOTESIS?

Podemos pensar alguna hipótesis como ejercicio intelectual. Creemos que la situación inflacionaria que se gestó durante la pandemia de Covid 19 por la inmensa emisión de dinero y regalo de dinero que se dio a los consumidores de occidente (llámese en términos militares los países NATO), sumado al freno impuesto por las autoridades a la producción mundial por los aislamientos obligatorios, que generaron no solamente parada de plantas y no producción, sino también parada de medios de transporte comercial como barcos, aviones, camiones, generó un incremento de la demanda (la gente no gastaba porque no podía consumir ni en gasto de bienes ni entretenimiento y generó un ahorro de disponibilidad de dinero) y falta de oferta (causada no solo por la falta de producción y logística sino también porque empresas desaparecieron luego de estar un año sin operar) generó una base inflacionaria fenomenal porque hay más dinero y menos en que gastarlo.-

A esto se le suma la guerra en Ucrania, la guerra en sí misma no genera inflación, pero si las consecuencias como: que Rusia no exporte más energía a Europa ha provocado aumentos de hasta el 400% del costo de la energía europea y va a destruir infinidad de empresas.-

En fin, todo esto es un enorme problema para las Democracias Occidentales del Norte, donde están y estarán expuestas a grandes disconformidades sociales que pueden generar una crisis existencial de la cultura económica y social como la conocíamos hace 30 años y sus dirigentes pueden perder todos sus beneficios.-

Ante esto se generan diversas hipótesis, entre ellas podemos teorizar que estamos delante de una guerra donde la NATO tiene como "justificación" el viejo enemigo "Rusia", que amenaza el estilo de vida occidental y puede invadir Europa, y para lo cual Europa debe prepararse militarmente para defenderse. Esto le permitiría a los Gobiernos NATO unir a sus poblaciones con sus gobiernos más allá de los problemas inflacionarios y estarían dispuestos a cualquier sacrificio económico para garantizar su estilo de vida occidental.-

UCRANIA

Cientos y cientos de misiles disparados contra Ucrania en casi un año de guerra. Decenas de grandes ciudades destruidas, pueblos borrados de los mapas, casas, edificios y estructuras reducidos a escombros e infraestructuras desintegradas. Estas son solo algunas de las cicatrices con las que, tarde o temprano, alguien se encontrará lidiando. Una cosa es cierta: ningún conflicto es infinito, y tampoco lo es el que se libra en territorio ucraniano desde el 24 de febrero de 2022. Inevitablemente llegará un momento en que Moscú y Kiev alcancen una tregua, si no un tratado de paz. No sabemos si esto ocurrirá pacíficamente, como consecuencia natural de una guerra que ya no es sostenible para nadie, o si tras la capitulación de uno de los dos bandos en conflicto. Más allá de todas las predicciones, una vez terminada la destrucción, un período de (re)construcción.-

La pregunta del millón, otra más que nadie puede responder, es: ¿quién reconstruirá Ucrania? Los daños materiales registrados hasta el momento son enormes. Según un estudio realizado por la Escuela de Economía de Kiev, que data de agosto pasado, la guerra habría causado daños a la infraestructura ucraniana por un total de 108.300 millones de dólares.

El gran riesgo es que, cuando llegue a buen puerto, el proyecto de reconstrucción de Ucrania se convierta en un gran negocio. En cualquier caso, el primer ministro ucraniano, Denys Shmyhal, presentó un plan de recuperación de 750.000 millones de dólares para reconstruir el país tras el final de la guerra.-

En junio, el canciller alemán Olaf Scholz se refirió al Plan Marshall, un programa financiado por Estados Unidos que ayudó a reconstruir Europa Occidental después de la Segunda Guerra Mundial, como modelo para reconstruir Ucrania. En resumen, neto de las estimaciones variables y aún imprecisas, es plausible cuantificar el costo de la reconstrucción en Ucrania entre 200 y 800 mil millones de dólares.-

Recordando: el Plan Marshall ofrece varias lecciones importantes para el presente. Primero, las grandes inyecciones de dinero para reconstruir la infraestructura pueden generar grandes ganancias. En promedio, las transferencias del Plan Marshall de 1948 a 1952 representaron menos del 3% del PIB en los países receptores. Por si fuera poco, calculadora en mano, en 1948 el Plan Marshall representó un total del 5% del PIB americano. Si los países de la UE comprometieran hoy el 5 % de su PIB combinado para la reconstrucción de la posguerra de Ucrania, podrían financiar un paquete de ayuda de 870 000 millones de dólares. Las contribuciones estadounidenses pueden entonces aumentar aún más el paquete de ayuda.

¿Alguien más? No son solo los Estados Unidos y la Unión Europea son los que compiten por reconstruir Ucrania. También encontramos a China, que siempre ha estado presente en casos similares, como en Siria, Libia o Afganistán, es decir, cuando países devastados por la guerra necesitaban inversiones.-

A partir de 2019, China ha sido el mayor socio comercial de Ucrania. Ucrania también forma parte de la Iniciativa de la Franja y la Ruta de la seda, junto con Rusia, y Kiev, durante años, ha sido la prueba de que las potencias europeas enfrentadas con la UE podrían encontrar amigos en Pekín (como Serbia y Hungría). El Dragón importó una buena cantidad de grano de Ucrania y, antes del conflicto, también había invertido grandes sumas en proyectos locales, como sistemas ferroviarios metropolitanos y parques eólicos, que presumiblemente le gustaría continuar en caso de un acuerdo de paz.-

Por último, pero no menos importante, la reconstrucción de Ucrania -más aún si la UE no se pone de acuerdo sobre cómo y cuándo intervenir- podría ofrecer a China una gran oportunidad para mejorar su imagen global. ¿Cómo? Contribuyendo, por ejemplo, al mantenimiento de la paz en Ucrania a través de las Naciones Unidas. En general, sin embargo, China se siente mucho más cómoda hablando de reconstrucción física y económica. Aquí, entonces, es que la infraestructura estratégica ucraniana destruida podría revivir gracias a los trabajadores y empresas chinos. Para Washington y Bruselas equivaldría a una "piedra en el zapato" que hay que evitar a toda costa.-

ENSEÑANAZA PARA ESTAS PAMPAS:

Toda guerra, ciertamente dolorosa, también puede ser una oportunidad: Japón y Alemania; China y Europa supieron aprovechar la reconstrucción y el desarrollo. ¿Por qué nosotros no? Hemos observado que tanto la guerra como la posguerra pueden favorecer inversiones. Citaremos algunos ejemplos.-

La Argentina puede en la posguerra de Ucrania y Rusia ganar una oportunidad para los granos argentinos y productos alimentarios manufacturados. Cereales y lácteos. En torno al Mar Negro. Derivados de la carne elaborados como la consumen en cada país. "Kosher" en Israel, "Halal" entre los musulmanes etc. Caños de gas sin costura: reconstrucciones de gasómetros y de transportes de fluídos. Tunelización. Centrales Atómicas de uranio enriquecido del que argentina es pionera. Fabricarles satélites artificiales. Drones para control de plagas agropecuarias. Desarrollar la Industria de Defensa Nacional para nosotros y para los otros países: armas disuasivas. Piénsese lo que significaron los drones turcos. Astilleros de buques de pesca, transportes y de guerra. Necesitamos controlar nuestra pesca de las depredaciones. Sumarse financieramente a los planes de reconstrucción de Ucrania: compañías de financieras; de la construcción, de alimentos, presencia cultural y educativa del castellano o español para abrirles la conexión a la América Hispanoparlante. Insumos médicos, prótesis, medicamentos, equipamiento de odontología. Recepción de alumnos universitarios. Grupos de inversión para la reconstrucción. En fin estar atentos a este proceso de post guerra para no perder las oportunidades que brindará la región.-

Gabriel Camilli , Cnl My (R) - Director de Elevan.

La Prensa (AR) (Argentina)

 



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