El momento actual evidencia la necesidad de una
"alta política”, tan alejada de los partidarios del partido de la guerra
en ambos bandos.
La retirada rusa, el agotamiento de la contraofensiva
ucraniana en un contexto de guerra de posiciones, el cansancio y la falta de
aliento de Moscú y Kiev y la amenaza inminente del tsunami energético nos
habrían hecho pensar que, el otoño y el invierno podrían haber contribuido a un
diálogo efectivo por la paz gracias al limitado margen de maniobra en el campo
de batalla. Putin devolvió la pelota a la tribuna con su discurso. Con medidas
muy activas y concretas, en la referencia a la posibilidad de utilizar el poder
atómico, en la posibilidad de cambiar el rumbo del conflicto con la
movilización de 300.000 reservistas. Los datos políticos y el mensaje cuentan
en esta etapa.
Sumado a todo esto el probable sabotaje de los oleoductos
Nord Stream 1 y 2 tiene muy pocos beneficiarios potenciales y millones
sufrirán. Hecho a tener en cuenta y que puede ser un punto de inflexión en la
guerra de Ucrania, según avancen las investigaciones del caso.
Y el hecho político es que Europa vivirá un invierno de
guerra. Guerra, congelada, en los frentes del atrincheramiento ruso-ucraniano.
Guerra política y diplomática tras la jugada de los referéndums para la anexión
de los territorios ocupados o reconquistados (según sea quien lo mire). Guerra
de nervios por el abastecimiento de armas y la dialéctica entre los
"pistoleros" (de ambas partes) con el dedo en el gatillo atómico. La
guerra económica por el tira y afloje de las sanciones por un lado y la
tormenta energética alimentada por Rusia por el otro. Guerra por poderes, con
Ucrania en primera línea militar y Europa abrumada por la inflación importada
del otro lado del Atlántico en el contexto de la contención asimétrica de
Estados Unidos y Reino Unido contra Moscú.
El conflicto, según interpretamos, parecería estar
entrando en el juego de la escalada que exige la necesidad de moverse a un
territorio desconocido. En el que los grandes ausentes parecen ser la prudencia
política y el razonamiento eficaz capaz de encontrar una salida a una crisis
que, por todos los frentes, está desgarrando tanto a Europa como a Rusia. Sin
esperanza de una salida pronto.
El general Dominique Delawarde, quien fue jefe de la
inteligencia instrumental militar francesa. Escribió en algunos medios europeos
recientemente: “Mis pensamientos sobre la situación actual en Ucrania son los
siguientes:
En primer lugar, este conflicto debe enmarcarse en el
marco más general de la confrontación planetaria entre dos campos: el de la
unipolaridad hegemónica EEUU/OTAN apoyada en el dólar y la fuerza militar que
quisiera sustituir a la ONU para gobernar el mundo y la de la multipolaridad de
todos los Estados que se niegan a someterse a EEUU y reconocen solo el papel de
la ONU en la coordinación de la marcha del mundo “( Reciente reunión de la
Organización de Cooperación de Shanghai y citado en nuestro Articulo de La
Prensa del 26 de setiembre)
Además continúa Delawarde, dando una visión de las causas
y origen de esta guerra:“Rusia, que se opone al cerco de su territorio iniciado
en 1990 por Estados Unidos y sus vasallos europeos, se prepara para este
enfrentamiento final desde el bombardeo de Belgrado hace 23 años. Para ello,
Putin restauró la economía de su país y sus fuerzas armadas. Ha tejido una
verdadera red de amistad y cooperación con grandes países (China, India,
Pakistán, Irán, Brasil, y otros...) estando fuertemente comprometida en
organismos interestatales como los BRICS y la OCS, fundados como resultado de y
en reacción al bombardeo de Belgrado por parte de la OTAN, sin mandato de la
ONU, bajo un falso pretexto.
Lo que necesitamos entender es que Rusia está hoy
comprometida en un punto muerto "global", en su propio nombre, pero también
como líder de todos los países y todos los ciudadanos del planeta, que rechazan
la conquista y dominación del mundo desde una parte de la coalición de
intereses neoconservadora y globalista EE.UU.-UE-OTAN.” Delawarde.
En este sentido, podemos observar que Rusia no está
aislada hoy, y es precisamente porque no está aislada que puede resistir
económicamente a los 30 países de la OTAN.
Reiteramos que este enfrentamiento tiene varios
componentes como parte de esta gran guerra irrestricta y (¿que podría escalar a
mundial?):
Un aspecto militar importante pero que no necesariamente
será el aspecto decisivo en el desenlace de este enfrentamiento planetario; Un
aspecto económico y financiero que probablemente afectará al resultado final y
que provocará dificultades sociales que podrían provocar malestar en muchos
países de occidente globalista ;y muchos otros aspectos: ideológicos
(multipolaridad y soberanía frente a unipolaridad y globalismo), culturales y
sociales...
Hacer la guerra en todos estos componentes es un asunto
muy complejo.
A nivel militar, la confrontación entre Rusia y el
Occidente globalista tiene lugar en un frente gigantesco que va mucho más allá
de las fronteras de Ucrania.
Observemos los hechos que están pasando o han pasado en
Siria, en Armenia-Azerbaiyán, en Serbia-Kosovo, en Tayikistán-Kirguistán, en
Kazajstán, en Georgia, en Moldavia, en Bielorrusia, son muchos intentos de
desestabilizar a Rusia, en sus fronteras o en otro lugar, y una distracción de
su principal esfuerzo militar del momento: Ucrania. Todo esto obviamente está
planificado y comandado entre bastidores.
Por lo tanto, Ucrania es solo una de las preocupaciones
de Putin entre muchas.
La reciente contraofensiva “ucroatlantista”
En la región de Kharkov, sólo había una cortina defensiva
rusa muy delgada, quizás un promedio de 10-20 hombres por kilómetro al frente,
que es insignificante y no podría ser suficiente para contener una fuerza
atlantista ucraniana concentrada, atacando con una fuerte superioridad numérica
en intervalos abiertos. Concentraron la masa del poder de combate contra una
línea débil
La fuerza aérea y la artillería rusas cobraron un alto
precio en el avance de las fuerzas ucranianas ( o como los llaman algunos
ucroatlantistas) hacia el norte y las fuerzas rusas lograron retirarse con
daños mínimos ( o no …) y, por lo tanto, estrecharon considerablemente el ancho
del frente para densificar el número allí. Se trata, sin duda, de una victoria
ucraniana… a lo Pirro,… que, además, se ha detenido sola.
No hay necesidad de salir de West Point para saber que
una ofensiva en una proporción de 8 a 1 tiene todas las posibilidades de ser
coronada con éxito, a pesar de la artillería y la fuerza aérea enemigas. Esto
es lo que pasó.
Probablemente ha habido una sobreestimación por parte de
los rusos de su capacidad para detener la ofensiva con fuego aéreo o de
artillería y una subestimación de la capacidad de avance de los ucranianos a
pesar de las pérdidas y, por supuesto, la explotación demasiado tardía de la
inteligencia y la falta de recursos humanos.
Es aquí que el Kremlin, consciente de que necesita
personal adicional para alcanzar sus objetivos en un tiempo razonable, ha
decidido movilizarse parcialmente y celebrar referéndums en 4 regiones de
Ucrania.
Según parece, el tiempo no está a favor de Ucrania, sino
a favor de Rusia y sus partidarios.
De hecho, será la resiliencia de las poblaciones y las
economías lo que determinará el ganador del enfrentamiento.
En relación al manejo de la Estrategia Nacional es
importante destacar que las Alianzas y apoyo internacional deben ser realizadas
y desarrolladas antes del conflicto y no durante, Tanto Rusia como Ucrania han
llevado a cabo los acercamientos hacia otros países y foros internacionales;
antes de la guerra. También desde una reflexión estratégica, vemos el alto
valor que mantiene un tema cuando es considerado “La Causa nacional”: las
causas nacionales son siempre un factor de unidad de la sociedad.
Rusia se apoya en países poderosos (China, India,
Pakistán, Irán entre otros, pero no solo...), y su población siempre se ha
mostrado muy resistente y unidad en la adversidad, lo que está lejos de ser el
caso hoy de las poblaciones occidentales, que están muy divididas. El pueblo Ucraniano
es un pueblo tradicionalmente fuerte.
Pero, numéricamente hablando; cabe recordar que la OTAN
aglutina solo al 15% de los habitantes del planeta y que la OCS por sí sola
representa casi el 50%.
También cabe señalar que en las últimas maniobras
militares Vostok 2022 que tuvieron lugar a principios de septiembre, Rusia
logró maniobrar juntas a 4 potencias nucleares (Rusia, China, India y Pakistán)
lo que representa un logro diplomático en medio de la crisis de Ucrania.
Por último, cabe señalar que ya se han producido grandes
manifestaciones callejeras contra las restricciones al consumo a causa del
conflicto en países de la Unión Europea (Alemania, Italia, España, Hungría y
República Checa, entre otros).
Probablemente, esto recién empieza y el invierno podría
ser "caliente" para todos, en especial para los gobiernos de la
"coalición occidental".
***Cnl My (R) Gabriel
Camilli, Director de Elevan