El secretario Técnico del Consejo de Seguridad Nacional reconoció que los cárteles de la droga en México libran una “absurda guerra a muerte” por el control de las plazas y que “los niveles de violencia son demasiado altos e inaceptables” en algunas zonas.

Presentó un recuento de los recientes ataques y asesinatos registrados desde el viernes —aunque su investigación está en el ámbito local— y explicó el escenario de “rivalidad criminal” que ha derivado en esta violencia.

Poiré informó que el viernes en Valle de Chalco, Estado de México, fueron hallados los cuerpos de 11 personas, y una mujer se encuentra herida de gravedad. En esta entidad “existe una pugna entre Los Caballeros Templarios, grupo antes llamado La Familia y Los Zetas.

En Monterrey, Nuevo León, 20 personas han fallecido y cinco más están lesionadas, tras el ataque a un centro nocturno el viernes. En este estado y otros del noreste, desde el año pasado los cárteles del Golfo y Los Zetas “escenifican una absurda guerra a muerte por el control de plazas y por el tráfico de drogas hacia Estados Unidos, que antes de 2010 compartían”, explicó.

En Torreón, Coahuila, ayer en la madrugada se localizaron los restos de 10 personas en distintas ubicaciones de la ciudad, región donde Los Zetas y el cártel del Pacífico también están en pugna.

Dijo que “las acciones observadas en estas tres entidades, nos recuerdan la urgencia de estrechar la corresponsabilidad y coordinación entre las autoridades de los tres órdenes de Gobierno”.

Aceptó que el tiempo apremia para detener el escenario de violencia en el país: “Es momento de apretar el acelerador precisamente para impedir que lamentables sucesos como el de ayer se sigan dando”.

Expuso que “la violencia no se va a detener dejando de combatir a los criminales (…) va a disminuir en la medida en que seamos capaces de acelerar el debilitamiento de las bandas que la producen” y aludió al tiempo al señalar que “habrá menos violencia en la medida en que avancemos más aprisa en llevar a los delincuentes ante la justicia, porque aún ahora, como muestran estos lamentables actos, hay quienes suponen que serán impunes sus delitos”.

El funcionario explicó que los hechos delictivos recientes “nos recuerdan la urgencia de apretar el paso en la construcción de autoridades locales de seguridad y de justicia más capacitadas, más confiables, que rindan mejores cuentas ante los ciudadanos (…) Debemos de ser muy claros: no habrá seguridad auténtica y duradera mientras las comunidades carezcan de corporaciones que pongan un freno efectivo a la delincuencia”.

Poiré aseguró que “el homicidio a mansalva dejará de ser una estrategia viable para las pandillas cuando aceleremos su debilitamiento, sí. Pero también va a dejar de ser una estrategia viable cuando para cada caso de homicidio exista un culpable identificado, procesado y con una sentencia condenatoria”.