MIAMI, Florida.- El presidente de Estados Unidos dejó colgados a los venezolanos. Allá ellos si prefieren creer que Trump les va a ayudar en su lucha contra Nicolás Maduro, pues los hechos muestran lo contrario. Están más solos que nunca.
Donald Trump se alineó con Putin, el verdadero jefe de la
marcha de Venezuela por la tiniebla estatista y totalitaria.
El año pasado el presidente de Estados Unidos rompió con
una tradición que venía desde la II Guerra Mundial, en que las potencias
delimitaron sus 'áreas de influencia'.
Trump les dio la espalda a los venezolanos que quieren un
país libre con una economía sensata, y los dejó en manos de los rusos en su
versión Putin.
Los propios asesores de seguridad nacional y el
secretario de Estado, Mike Pompeo, advirtieron con detalles a su jefe, el
presidente de EU, que Rusia tenía pies y manos metidos en Venezuela.
Algo hizo cambiar de parecer a Trump, un presidente que
debe 421 millones de dólares quién sabe a quién, y ha negado que sea a Rusia.
Lo que sí está comprobado, por las agencias de
inteligencia de EU y por una comisión especial del Senado, de mayoría
republicana, que el Kremlin se 'coordinó' con la campaña de Trump en 2016 para
que éste ganara las elecciones.
Donald Trump se la debe a Vladimir Putin.
Palabras del presidente de Estados Unidos el 3 de mayo de
2019, luego de una conversación telefónica de una hora con su homólogo ruso:
“Hablamos de muchos temas, tuve una muy buena
conversación con el presidente Putin. Venezuela fue uno de los temas, y él no
está buscando involucrarse en Venezuela, aparte de que le gustaría ver que suceda
algo positivo para Venezuela. Y yo siento lo mismo. Queremos conseguir ayuda
humanitaria”.
Putin “no está buscando involucrarse en Venezuela”.
Ya está involucrado.
Los rusos y los cubanos han logrado que un analfabeta
funcional como Maduro pueda mantener el control político sobre el Ejército y la
población.
A Putin “le gustaría ver que suceda algo positivo para
Venezuela”.
Claro, y ya sucedió: le entregaron el manejo del
petróleo, en ese país que tiene las mayores reservas del mundo.
Un día antes de esa llamada de Trump a Putin –¿o de Putin
a Trump?–, el jefe del Departamento de Estado informó:
“Sí ha habido una invasión en Venezuela. Los cubanos la
invadieron hace algún tiempo y los rusos han seguido su ejemplo. El número de
cubanos en el aparato de seguridad es de miles. Los rusos tienen cientos de
personas trabajando allí, si no es que más. Estas son las personas que realmente
controlan el rumbo de Venezuela. Los rusos están allí protegiendo sus intereses
económicos”.
Elliott Abrams, puesto por Trump para llevar el tema
venezolano, pasó de “halcón” en la era de Reagan, a un florero en esta
administración. Lo dejaron hablando solo.
Claro, lo que ha dicho es fuerte (octubre de 2019, al
Financial Times): “El papel de (la petrolera rusa) Rosneft en Venezuela es
fundamental para la supervivencia del régimen” de Maduro.
Rosneft Oil Company tiene el mando de Petróleos de Venezuela
(PDVSA), es su principal socio comercial, y está realizando la reconfiguración
financiera de la empresa.
Es decir, Rusia tomó el control de la economía de
Venezuela (basada únicamente en el petróleo) y, junto con los cubanos, del
aparato de inteligencia política del Estado.
Si los venezolanos pudieran decidir, hace tiempo que
habrían mandado a su casa a Nicolás Maduro y reinstaurado la democracia, con
una economía abierta.
No pueden porque ahí están los cubanos y sus jefes, los
rusos.
“Moscú utiliza a Venezuela para realizar algunos
objetivos de política exterior contra Estados Unidos, a bajo precio”, dijo
Abrams, funcionario de Trump nombrado especialmente para atender el caso de
Venezuela.
Trump dio la voltereta, persuadido –¿o doblegado?– por Putin.
En junio Trump dijo que estaba dispuesto a reunirse con
Maduro, y abandonó a Juan Guaidó, después de haberlo reconocido como presidente
interino de Venezuela.
John Bolton, exconsejero de Seguridad Nacional, lo puso
en su libro: el apoyo de Trump a Venezuela fue “vacilante”, y narró que su
exjefe le tomó distancia a Guaidó con pretextos infantiles, como su imagen
personal, que le disgustó: “está muy flaquito”.
Contra lo que piensan venezolanos radicados aquí, Trump y
su desastrosa política exterior permitió que Rusia interviniera en su área de
influencia.
En cambio, EU dejó que Putin se quedara con Crimea
(porque es área de influencia rusa).
Trump se distanció de la OTAN y dejó sola a Angela Merkel
frente al líder ruso.
¿Ése es el que va a salvar a Venezuela de Nicolás Maduro,
un títere en manos de Moscú?
Tres veces ja.
Biden, al que la propaganda del trumpismo quiere vestir
de 'socialista', en ese terreno tiene las cosas claras:
“Maduro es un dictador, simple y llanamente. El objetivo
primordial en Venezuela debe ser presionar para un resultado democrático a
través de elecciones libres y justas, y ayudar al pueblo venezolano a
reconstruir su país”.
Ese es el planteamiento de Biden ante la faramalla
circense que prepara Maduro como 'elecciones', en diciembre, a fin de
reemplazar a la Asamblea Nacional encabezada por Juan Guaidó.
¿Prefieren a Trump? Eso dicen aquí.
https://www.elfinanciero.com.mx/opinion/pablo-hiriart/como-trump-abandono-a-los-venezolanos