Sólo horas después de que el obispo Desmond Tutu calificará la salud de Nelson Mandela como "frágil", se ha sabido que el ex presidente ha sido ingresado en el hospital Milpark de Johannesburgo. Según fuentes oficiales de la Fundación Mandela se trata de un "test rutinario". Según varios medios de comunicación "se trata de una pulmonía". De hecho, Michael Plit, especialista en enfermedades respiratorias, ha confirmado que "se le ha admitido para hacer una investigación".
Por su
parte, las decenas de medios nacionales e internacionales que se han apostado
en la puerta del hospital han podido comprobar que Mandela está ingresado en el
ala más reservada del importante centro médico, sin que nada ni nadie pueda
acercarse hasta su estancia. Algunos medios critican "el exceso de
secretismo" con el que se está llevando el asunto. Desde la Fundación se
ha contestado a las críticas con un conciso mensaje: "No está en peligro y
está animado".
El
secretismo desata la rumorología
La
rumorología se ha desatado también. Algunos medios afirman haber visto a toda
la familia entrar y salir del centro médico; una enfermera dice que "el ex
presidente llegó en helicóptero" y algunos pacientes "creen haberle
visto pasar en camilla". La vigilancia privada del recinto, mientras, ha
montado todo un dispositivo para evitar la entrada de periodistas y asegurar la
privacidad de la familia. Se ha levantado incluso una barrera en el parking VIP
para que las visitas no sean grabadas.
La
noticia ha corrido como la pólvora por todo el país; el Gobierno del ANC ha
hecho un llamamiento público para mantener la calma. "Por favor, no
apretemos el botón del pánico innecesariamente" ha pedido, Jacson Mthembu,
portavoz del partido. El periódico 'The Star' titulaba' hoy 'Pánico por la
entrada de Mandela al hospital'. El periódico 'The Times' dice: 'El ANC hace
una llamada a la calma'.
Parece
evidente que hay una conciencia nacional de que una posible muerte del ex
presidente abre un escenario hasta ahora desconocido. Por ahora, el presidente
Jacob Zuma, que ha ido al encuentro económico de Davos, en Suiza, ha declarado
a través de su portavoz que "no tiene previsto volver a Sudáfrica por la
gravedad del caso. Se mantiene su agenda". Sin embargo, parece
significativo que el propio presidente haya contestado públicamente a una
cuestión que sin duda trasciende al propio estado. ¿Cómo será la Sudáfrica post
Mandela? Nadie sabe si la respuesta se conocerá en breve.