El ataque de la aviación israelí contra Siriasupuso «una violación del derecho internacional» e Irán, su gran aliado regional, defiende el derecho del régimen de Damasco a «responder de la forma que le parezca adecuada», según Morteza Saffari Natanzi, embajador de la república islámica en Madrid.

A pocos días de la conmemoración del 34 aniversario de la revolución, la legación iraní en España celebró un encuentro con medios nacionales en el que uno de los temas centrales fue la crisis en Siria, que en los últimos días se ha complicado aún más tras la operación de Israel.

Natanzi confesó tener «la esperanza de que la cosas no pasen a mayores», porque «Israel sabe que atacar a Irán sería un suicidio». El diplomático recordó también que desde 2008 Teherán y Damasco tienen «un pacto de defensa mutua» en caso de una agresión externa de este tipo.

Sin solución militar

El régimen de los ayatolás muestra un apoyo sin fisuras a Bashar al Assad desde el estallido del levantamiento contra el régimen y defiende que el conflicto no tiene una solución militar. Para el máximo representante de Irán en España la entrada en juego de Israel supone «una palmadita en la espalda para los terroristas -forma de referirse a los grupos armados de la oposición- que son un peligro para todo el mundo. No entiendo cómo los gobiernos occidentales apoyan con armas y dinero a unos terroristas en Siria a los que luego combate en Malí».

Unido a la carrera diplomática desde el inicio de la revolución, Natanzi apura su mandato en Madrid y subraya «la importancia que nuestra revolución de 1979 ha tenido en una primavera árabe que, si se analiza bien, ha sido en realidad un despertar islámico como se ha visto en las posteriores elecciones».

Como ha ocurrido en los últimos aniversarios, las autoridades de Teherán preparan estos días alguna sorpresa sobre los avances de una carrera nuclear, que los gobiernos occidentales consideran que tiene fines bélicos. Pese a las fuertes sanciones, que «tienen más presión sobre el pueblo, que sobre el gobierno», según Natanzi, Irán no ha dejado de enriquecer uranio «porque es nuestro derecho, pero trabajamos bajo la supervisión directa de la Agencia Internacional de la Energía Atómica». De la mano del programa nuclear, también se ha desarrollado el problema balístico, el otro punto que preocupa en Occidente por el temor a que en el futuro próximo se puedan armar estos misiles con cabezas nucleares.

A pocos meses de las elecciones presidenciales en las que las urnas dictaminarán el nombre del sustituto de Mahmud Ahmadineyad, que no puede presentarse por ley a una tercera reelección consecutiva, el embajador piensa que «no se volverán a repetir los problemas de 2009, porque los ciudadanos han aprendido la lección y no se dejarán engañar de nuevo».

Cientos de miles de iraníes tomaron las calles de las ciudades del país para protestar por un supuesto fraude en el recuento de votos y las protestas recibieron el nombre de «movimiento verde», el color utilizado durante la campaña por Mir Hussein Musavi, ex primer ministro del país que sigue bajo arresto domiciliario junto a Mehdi Kerrubi, ex presidente del parlamento y también una de las figuras del «movimiento verde».