Abdul Hakim Belhadj deja las armas y da el salto a la política. El que ha sido jefe militar de Trípoli desde el triunfo de la revolución cierra su etapa militar para concentrarse en la formación de un partido que pueda jugar un papel importante en la nueva Libia. El anuncio lo hizo público su mano derecha, Anis Sharif, que se encargó de entregar la carta de renuncia de Belhadj al Consejo Nacional Transitorio (CNT) responsable de la dirección del país desde la caída de Muamar Gadafi. La nueva formación se llamará Partido Nacional y recogerá el testigo ideológico del Grupo de Combatientes Islámico Libio - Al-Jama'a al-Islamiyyah al-Muqatilah fi-Libya (LIFG, por sus siglas en inglés), formación islamista de la que Belhadj fue emir. No está claro si podrá participar en los comicios del 19 de junio porque el plazo de inscripción de candidatos ha terminado, pero teniendo en cuenta la cambiante situación en el país y la flexibilidad de las normas nadie descarta que la lista de Belhadj compita por hacerse con parte de los 200 asientos de la asamblea provisional que será la encargada de redactar la nueva Constitución.
Con pasado yihadista en Afganistán – a donde llegó huyendo de los servicios secretos libios y donde encontró el lugar ideal para fundar el LIFG- y vinculado a los atentados del 11M por sus contactos con «El Tunecino» y su socio jordano, Mohd Othman, el hasta ahora responsable de la seguridad en Trípoli quiere limpiar su pasado. Hace meses que abandonó la base militar de Mitiga y la cambió por unas oficinas en el hotel Radisson, semanas que colgó el uniforme y se puso un traje y días que acusó ante la Justicia al ex responsable de Exteriores del Reino Unido,Jack Straw, de ser la persona que dio la orden de su captura en 2004 a los agentes del M16 cuando se disponía a volar de Bangkok a Londres para pedir asilo político. Los agentes británicos le transfirieron a manos de la CIA que se encargó de su entrega al régimen libio, que le perseguía desde finales de los ochenta por ser el cabecilla del principal grupo opositor. Tras su captura denunció haber sufrido todo tipo de torturas.