Milicianos citados por Reuters aseguran que «fue una batalla de apenas treinta minutos» y que «los leales a Gadafi huyeron», aunque aseguran que «quedan francotiradores». Los problemas aumentan para Gadafi después de seis meses de combates. Tras la última ofensiva, los rebeldes están a 50 kilómetros de la capital, apenas media hora en coche, y controlan un puente de la autopista que une la capital libia con la frontera de Túnez, una vía de comunicación y suministro vital para el dictador. Junto a Zawiya, el paso fronterizo de Ras Jdir también registró duros combates a lo largo del día. Los medios del régimen insisten en que Zawiya sigue bajo su entero control, pero diferentes agencias internacionales con personal sobre el terreno informan del empuje opositor y del apoyo recibido por parte de un sector de la población de la propia Zawiya, que desde marzo se ha levantado en dos ocasiones contra Gadafi sin éxito.

El frente oeste, cuyo origen son las montañas de Nafusa, es el que mayores avances está logrando. Con Misrata y Brega estancados, es el frente de las montañas el único que logra poner en apuros al dictador ysacar gran provecho de los bombardeos diarios de la OTAN. Los problemas de logística son superados con un mayor orden por parte de los combatientes y, sobre todo, con el trabajo sobre el terreno de brigadas especiales creadas a base de combatientes de los lugares que se pretenden liberar.

La brigada de Zawiya es la que combate ahora por la libertad de la ciudad y todos sus milicianos conocen a la perfección el terreno en el pelean, «algo muy diferente a la estrategia empleada por Gadafi que siempre usa gente de otras provincias e incluso extranjeros», aseguraba uno de los mandos a este medio en un reciente viaje a la zona.