El estudio elaborado por la Universidad Simon Fraser de Vancouver también señala que los expertos suelen sobrestimar el número de muertes que causan conflictos como los de Irak, Darfur o la República Democrática del Congo.

“Nadie insinúa que las guerras son buenas para la salud, pero la realidad es que el saldo de la mayoría de guerras de hoy en día es demasiado pequeño como para alterar el descenso constante de la mortalidad en los países en desarrollo en los últimos 30 años”, afirmó Andrew Mack, uno de los autores del documento.

Los índices de mortalidad de los menores de cinco años en 18 países africanos afectados por conflictos entre 1970 y 2007 descendieron en 80% de los casos, indica el informe.

Además, un estudio del Banco Mundial difundido en 2008 confirmó el descenso de la tasa de mortalidad infantil y adulta en los países en desarrollo que son escenario de guerras.

El estudio de una universidad canadiense atribuye esta disminución de la mortalidad a que los conflictos de “alta intensidad”, con fuerzas convencionales armadas por potencias extranjeras, se han reducido 70% tras el fin de la Guerra Fría.

Los que predominan en la actualidad son de “de baja intensidad”, protagonizados por grupos rebeldes equipados con armas ligeras que rehuyen enfrentarse en terreno abierto. Se ha reducido también el marco geográfico en el que tienen lugar los enfrentamientos armados y los autores citaron un estudio sobre África, en el que se asegura que menos de 10% del territorio de los países con conflicto es escenario de combates.

“Las guerras del nuevo milenio causan de media 90% menos de muertes en combate que las de los años cincuenta”, resaltó Mack.

La reducción de la mortalidad en los conflictos también se debe a que se ha producido un gran incremento en la ayuda humanitaria que la comunidad internacional proporciona a los damnificados por la violencia.