La práctica cada vez más extendida de aceptar a los islamistas más o menos moderados como mal menor, en contextos donde bien otros islamistas más radicalizados o bien otras fuerzas no islamistas que habrían perdido legitimidad constituirían la única alternativa para resolver situaciones de conflicto, puede tener consecuencias funestas en el medio y en el largo plazo.
Ya no se trata sólo de rememorar la para algunos tranquilizadora instalación en el poder en Kabul de los Talibán en 1996, vistos como elemento de estabilidad tras años de cruenta guerra civil entre las distintas facciones de los “muyahidin” (combatientes sagrados) que vencieran a los soviéticos, sino de alertar sobre la creciente presencia de líderes y de corrientes que a buen seguro no coadyuvarán a facilitarnos las cosas en términos de relaciones fluidas con países y con regiones con los que dichas relaciones son y serán obligadas.
El estado de la cuestión
Caer en tal fatalismo perezoso e irresponsable - recuérdese cuántos líderes occidentales aceptaban a principios de los noventa las tranquilizadoras palabras de los dirigentes del Frente Islámico de Salvación (FIS) argelino que les garantizaban el fluido de los hidrocarburos tras su casi segura victoria en las urnas, y ello para autoconvencerse de que dichos líderes puristas no debían ser temidos, independientemente de que estuvieran preconizando la imposición de un régimen inaceptable en Argelia - es, aparte de ingenuo y pernicioso, rechazable, máxime si existen el suficiente número de precedentes como para tener aprendida la lección. Por otro lado, a quienes crean que tal aceptación claudicante mejorará nuestras posiciones frente a los radicales se engañan a sí mismos pues nada han entendido del mensaje claro y lapidario de dichos islamistas.
Quienes aún dudan, y no son pocos, deberían de escuchar atentamente las recientísimas palabras del propio Osama Bin Laden condenando al nuevo régimen somalí dirigido por un líder islamista considerado terrorista hasta hace bien poco.[1]
Curiosamente es en este tiempo de concesiones a sectores islamistas por doquier cuando Bin Laden reaparece con más frecuencia dada la animadversión de los yihadistas salafistas como él a la idea de acercamiento y de contemporización occidental con quienes para ellos son tan sólo apóstatas, léase los islamistas moderados.[2]
Para los yihadistas salafistas esta aceptación parcial del islamismo más o menos moderado, pero pragmático en cualquier caso, no sólo no les calma sino que les enerva aún más, mientras que los musulmanes moderados no islamistas que desean abrirse al resto de la comunidad internacional e ir absorviendo una serie de valores y prácticas que consideran universales verán hipotecada tal posibilidad más pronto que tarde por quienes sólo consideran válida la Sharía como legislación, el Corán como libro y la voluntad de Dios/Alá frente a la impiedad de quienes abogan por las urnas. En la Carta de Hamas, el documento fundacional del Movimiento de Resistencia Islámica palestino, difundida el 18 de agosto de 1988, se afirman cosas como las siguientes: “Israel existirá hasta que el Islam lo elimine”, “la tierra de Palestina es un Waqf (posesión santa) islámica, consagrada para las generaciones musulmanas futuras..., la ley que gobierne Palestina es la Sharía”. Por otro lado, a lo que los occidentales denominan atentados suicidas de miembros de Hamas sus dirigentes lo califican de “Istishhadi” o martirio autoelegido. Quienes tras la Operación militar israelí del pasado mes de enero en Gaza han sacado como conclusión que Hamas se ha consagrado ya como parte en el conflicto y que no es realista seguir marginando a dicho grupo cabría recordarles que los planteamientos del mismo son los que son, y no van a cambiar en la medida en la que un creyente no abjura de sus creencias y pretende llevar a término un mensaje que considera divino.[3]
También es bueno hacer algo de memoria recordando que Hamas comenzó a realizar atentados contra israelíes, militares y civiles, en 1989, y que su primer atentado suicida se produjo en 1993, precisamente en paralelo al proceso en que los representantes legítimos del pueblo palestino estaban inmersos en unas negociaciones de paz con Israel que con mediación estadounidense llevaron a los Acuerdos de Oslo de ese mismo año: nunca hay que cansarse de recordar cuánto coadyuvaron los atentados suicidas que Hamas desarrolló en aquellos primeros años del Proceso de Paz para Oriente Medio, difíciles pero esperanzadores, a minar este restándole credibilidad, y es bueno hacerlo cuando ahora tantos sólo quieren culpabilizar de la deriva violenta a la “intransigencia israelí” sin aproximarse aquí a una equilibrada memoria histórica. Aunque a algunos esta descripción pueda parecerles exagerada no estará de más que sigan con atención la descripción de los casos que a continuación aportamos, y que de hecho ya hemos comenzado con las referencias a Hamas, que demuestran fehacientemente cuán contundentes son los islamistas a la hora de imponer sus ideas que para ellos son sagradas al tratarse, pura y simplemente, de aplicar el programa divino a las comunidades humanas. Como no se cansan nunca de repetir analistas como Zeyno Baran el islamismo es una amenaza para la democracia pura y simplemente porque según su interpretación la Sharía, por su carácter divino, regula todos los aspectos de la vida del individuo y ello hace totalmente imposible el compromiso con no creyentes. Por ello es y seguirá siendo incompatible con principios como la autocrítica o el ejercicio pleno de la libertad individual y, en consecuencia, con la democracia.[4]
En Argelia, las concesiones a los islamistas - incluso a algunos sectores radicales a través de la amplia amnistía canalizada por la Carta para la Paz y la Reconciliación Nacional - no permite hacer desaparecer la amenaza, si bien es cierto que esta ya no tiene la visibilidad de antaño aunque a ello lo que verdaderamente ha coadyuvado ha sido la infatigable labor antiterrorista de Fuerzas Armadas y de Seguridad. El 7 de marzo se abortaba un ataque suicida en las proximidades de Tizi Uzu, capital de la Gran Cabilia: el suicida sí conseguía asesinar a dos personas y herir a otras siete cuando intentaba penetrar en un acuartelamiento de la Guardia Comunal y los centinelas, sospechando de él, le trataban de neutralizar sacrificando así sus vidas y evitando una tragedia aún mayor. Diez días antes al menos nueve vigilantes de seguridad morían en un atentado perpetrado por un nutrido grupo de yihadistas que atacaban con morteros y con armas automáticas la central eléctrica que protegían en el este del país.[5]
El que círculos gubernamentales insistan en calificar estos ataques de “terrorismo residual” se entiende en el contexto político interno argelino, y máxime cuando las elecciones presidenciales del próximo 9 de abril se acercan y Abdelaziz Buteflika renovará con toda seguridad su cargo para un tercer mandato apoyándose en la coalición del Frente de Liberación Nacional (FLN), el Reagrupamiento Nacional Democrático (RND) y los islamistas del Movimiento por la Paz (antiguo Hamas), aparte de que comparado con lo que en otro tiempo fue el terrorismo en este país magrebí tales acciones parecen poco relevantes, pero en términos objetivos sí consideramos que son relevantes, e incluso muy preocupantes, y bueno es que las inventariemos.[6]
En Marruecos, la celebración de elecciones municipales a principios de junio está permitiendo a los islamistas moderados hacerse cada vez más visibles a través de todo tipo de excusas, pero mostrando incansablemente su postura intransigente. Aunque las operaciones policiales son frecuentes - las 15 producidas entre 2005 y la actualidad muestran la importancia de la amenaza - y la actividad judicial frenética contra los yihadistas salafistas, es importante que el Estado no baje la guardia y que, sobre todo, no haga concesiones a un sector que como las experiencias de Egipto o de Argelia nos demuestran nunca descansa y aprovecha cualquier resquicio para seguir desafiando a los gobernantes apóstatas y ganando adeptos para su causa.[7]
En Mauritania la presión de los islamistas, y no sólo de los yihadistas salafistas que en los cinco últimos años han realizado algunos sangrientos atentados en su suelo, con víctimas producidas entre militares mauritanos y turistas extranjeros, ha logrado que la Junta Militar que gobierna el país desde el golpe de estado del pasado agosto ordenara el pasado 6 de marzo el cierre de la Embajada de Israel en Nuakchott dando un plazo de 48 horas a sus diplomáticos para que abandonaran territorio mauritano. Mauritania no ha roto relaciones diplomáticas con Israel y sigue siendo pues uno de los tres países árabes que las mantiene con dicho país - los otros son Egipto y Jordania - pero con tal medida habría querido mostrar su rechazo a la intervención israelí en Gaza y congraciarse con sectores nacionalistas árabes de dentro y de fuera de sus fronteras pero también, y esto es lo que nos interesa particularmente, con los emergentes islamistas.[8]
En Líbano, como ha sucedido más recientemente con la campaña militar de Gaza del pasado enero con respecto al Hamas palestino, la guerra de Israel contra Hizbollah en el verano de 2006 pareció también haber legitimado al Partido de Dios libanés tras haberse consagrado como parte en un conflicto en el que diversos actores internacionales, con algunos Estados europeos a la cabeza, trataron de mediar. También aquí convendría ahora hacer historia pues el hecho de que Hizbollah concurra a elecciones, obtenga escaños en el Parlamento o carteras ministeriales en nada cambia la naturaleza y los objetivos del grupo, considerado terrorista por israelíes y estadounidenses pero no por los europeos que tratan con sus líderes políticos y también con los armados en el sur del país. Aunque Hizbollah tenía como objetivo prioritario la liberación del Líbano de influencia externa (aunque aquí sólo cabía hablar de la israelí pues nada tenía contra la siria y mucho menos contra la iraní) también aspira a liberar Jerusalén, mostrando con ello a quienes consideraban quizás incluso legítimo lo anterior (liberar la tierra libanesa de los entonces ocupantes israelíes) que ya aquí se invita expresamente a violar el Derecho Internacional. Hizbollah comenzó sus ataques suicidas ya a principios de los ochenta, contra israelíes pero también contra el contingente multinacional desplegado en Beirut en el contexto de la guerra civil libanesa, asesinando a 241 marines estadounidenses y a una sesentena de paracaidistas franceses en el mismo día en 1983, y en lo que respecta a sus diatribas con otros grupos musulmanes, incluso con el shií Amal de Nabih Berri, cabe recordar cómo en enero de 1989 torturó y asesinó a cientos de militantes de este último grupo para imponerse entre los shiíes.[9]
En Somalia Zeyno Baran recordaba en la susodicha comparecencia reciente ante el Comité de Relaciones Exteriores del Senado estadounidense cómo incluso un ciudadano de los EEUU oportunamente radicalizado había viajado a Somalia para morir allí como suicida - desde la perspectiva islamista como “Shahid” o mártir del Islam - y traía a colación comentarios del Director de la Oficina Federal de Investigación (FBI), Robert Mueller, al respecto.[10]
No hay que olvidar que aunque el actual Presidente Sheij Sharif Ahmed esté condenado por el propio Bin Laden o por otros líderes e ideólogos yihadistas como Hani al-Siba’i, incluido este último en las listas de la ONU y de los EEUU como vinculado a la red Al Qaida y condenado “in absentia” a 15 años de prisión por un Tribunal egipcio pero que vive tranquilamente en Londres donde da entrevistas a diversos medios, sí ha sido bendecido por otro ideólogo islamista de pro, Sheij Yusuf Al Qaradawi, influyente miembro de los Hermanos Musulmanes egipcios que vive en Qatar donde colabora asiduamente con la cadena Al Yazira.[11]
Lo que queda claro de la situación actual somalí es que, independientemente del debate que provoque su figura entre islamistas de diverso pelaje, aquel a quien se combatía como dirigente de la Unión de Tribunales Islámicos y que fuera detenido por fuerzas estadounidenses a principios de 2007 en Kenia es hoy el flamante Presidente de Somalia, y ello tras haber entrado en el país las tropas etíopes y haberse tenido que marchar dos años después sin haber despejado el temor de Addis Abeba a que Somalia siga siendo un foco de desestabilización islamista que amenaza la seguridad de Etiopía.[12]
En Yemen, que es uno de los foros más claros de lucha contra el yihadismo salafista hoy, pero donde la complejidad de la sociedad tribal y la penetración islamista se combinan para dificultar dicha lucha, un atentado mataba el 15 de marzo a cuatro turistas surcoreanos y a un yemení manteniendo así una dinámica terrorista que se ceba con los turistas occidentales en un país donde el turismo es clave para la economía.[13]
Las dificultades para combatir al terrorismo en este país árabe son enormes y ello se agrava con el contexto geográfico en el que se encuentra, con una frontera porosa con una Arabia Saudí también amenazada por el yihadismo salafista y con la inestabilidad endémica de Somalia en la costa de enfrente. En Turquía los sectores liberales turcos se muestran cada vez más recelosos hacia los EEUU al comprobar cómo Washington ha venido cortejando y aproximándose al islamismo del Partido de Justicia y Desarrollo (PJD) que gobierna este país, formación a la que en Washington califican de “demócrata musulmana”. El deseo estadounidense de que Turquía se convierta en modelo para todo el mundo islámico puede sacrificar, según estos sectores libeales turcos, al principio de la defensa de la democracia secular que caracterizó a Turquía desde el fin del Califato y que podría verse amenazada por los deseos de sectores del PJD de ir imponiendo, paulatinamente, la aplicación de elementos de la Sharía como legislación.[14]
Finalmente, en el propio Afganistán la anunciada aplicación por parte estadounidense de una nueva estrategia para el país, de la que formaría parte la obsesiva búsqueda de moderados entre los Talibán para reproducir así el éxito logrado en Al Anbar y otras zonas tribales de Irak involucrando a antiguos enemigos suníes en la lucha contra Al Qaida y sus seguidores, animará a buen seguro a los sectores islamistas más activos a aprovecharse de esta actitud claudicante para imponer su visión y reprocir además éxitos logrados en el vecino Pakistán gracias a las políticas de concesiones que llevara a cabo tanto el ya ex Presidente Pervez Musharraf como ahora su sucesor Asif Al Zardari.[15]
Por otro lado, contexto tan complejo como es Afganistán, con las fidelidades a grupos tribales, señores de la guerra, alianzas delincuenciales ligadas al lucrativo negocio de la producción, la transformación y el tráfico de la droga, elementos de Al Qaida y Talibán tanto afganos como paquistaníes puede hacer perder el control a quienes pretendan aplicar tales estrategias de búsqueda de elementos moderados en dicho escenario.[16]
En clave de futuro
Recogiendo de nuevo palabras de Zeyno Baran, los EEUU (y Occidente en general) no deberían de seguir manteniendo la errónea política de distinguir tan sólo entre los autócratas en el poder y los populistas (islamistas) que les combaten. Hay una fuerza intermedia que puede ser minoritaria, desestructurada y por ello débil pero así seguirá siendo mientras los EEUU (y Occidente en general) no la apoye. El rechazo de Zeyno Baran a la idea de que cooptar a los islamistas cooptables es la solución del problema político y de seguridad planteado es también nuestro rechazo, y diversas realidades nos lo demuestran a diario.[17]
Dejarse convencer por pequeñas concesiones tácticas realizadas por islamistas pretendidamente moderados - léanse por ejemplo los Hermanos Musulmanes egipcios, algunos islamistas radicales somalíes o determinados sectores Talibán y/o tribales en el eje Pakistán/Afganistán - implica no sólo que no se quiere ver la realidad en su conjunto y en perspectiva, teniendo en cuenta no sólo la historia acumulada de actores como los citados, sino sobre todo y ante todo que no se quieren leer sus programas y en consecuencia poner en evidencia su estrategia a largo plazo, incompatible con la democracia y con el mutuo respeto entre las naciones. Una buena ocasión para que el mundo occidental muestre que tiene las ideas claras respecto al principio de no dejarse avasallar por los radicales bajo ningún concepto podrá ser la cada vez más próxima designación de un nuevo Secretario General por los Estados miembros de la OTAN. Aunque todo parece indicar que el necesario consenso de los aliados optará por Anders Fogh Rasmussen, actual Primer Ministro danés, para suceder a partir del 31 de julio al holandés Jaap de Hoop Scheffer, algunos círculos periodísticos vienen incidiendo ya en el hecho de que los aliados turcos no verían bien al candidato danés porque recelan de Dinamarca por el agrio debate surgido desde ese país tras la publicación de unas caricaturas entre las que se incluía alguna del Profeta Mahoma hace ya tres años. Aparte de ese supuesto recelo de Turquía, único país musulmán de la Alianza, los círculos islamistas en general vienen mostrando su hostilidad hacia Dinamarca tanto por dicha cuestión como por el claro compromiso de este país en campañas militares como la de Afganistán - con unidades de comandos combatiendo sobre el terreno desde hace años - y recordarán ahora sin duda alguna que Rasmussen apoyó la invasión de Irak en marzo de 2003. Lo que queremos subrayar aquí es que si Rasmussen perdiera posiciones en su carrera por la obtención de la Secretaría General de la Alianza, debido a posibles presiones islamistas directas o indirectas - estas últimas manifestadas, por ejemplo, a través de sutiles marcos como la Alianza de Civilizaciones, en la que se vive ahora una frenética actividad preparando su segundo Foro que se celebrará en los días 6 y 7 de abril en Estambul y en el que se espera a Barack H. Obama[18] -, ello sería, aparte de inaceptable, una buena muestra de la debilidad occidental frente a los que se declaran por activa y por pasiva sus enemigos.[19]
**Carlos Echeverría Jesús (Madrid, 26 de marzo de 1963) es Profesor de Relaciones Internacionales de la UNED y responsable de la Sección Observatorio del Islam de la revista mensual War Heat Internacional. Ha trabajado en diversas organizaciones internacionales (UEO, UE y OTAN) y entre 2003 y 2004 fue Coordinador en España del Proyecto "Undestanding Terrorism" financiado por el Departamento de Defensa de los EEUU a través del Institute for Defense Analysis (IDA). Como Analista del Grupo asume la dirección del área de Terrorismo Yihadista Salafista.
Notas
[1]Sheij Sharif Ahmed, antiguo dirigente de la Unión de Tribunales Islámicos de Somalia, aceptaba el cargo de Presidente de este país en descomposición permanente en enero, anunciando como prioridad la imposición de la Sharía. Osama Bin Laden calificaba a dicho líder de “socio de los infieles” en un mensaje emitido a través de la BBC el 19 de marzo y llamaba a su derrocamiento. Dicho llamamiento es similar al que sobre el terreno realiza la milicia yihadista Al Shabaab, que califica a Sharif Ahmed de “traidor a los valores islámicos y vendido a Occidente”. Véase “Al Qaeda. Osama Bin Laden llama a derrocar al presidente de Somalia”
El Mundo 20 marzo 2009, p. 32.
[2]Tan sólo cinco días antes la voz del líder de Al Qaida se había transmitido a todo el mundo a través de la cadena qatarí Al Jazira en un mensaje sonoro en el que este acusaba a los países árabes moderados de actuar contra la nación musulmana. En palabras de Bin Laden “está claro que algunos gobernantes árabes conspiran con la alianza cruzada-sionista contra nuestra gente, y EEUU los llama países moderados” Véase “Al Qaeda. Bin Laden acusa de traición a los árabes moderados” -
El País 15 marzo 2009, p. 8.
[3]Sobre la Carta de Hamas y también sobre los planteamientos de otros grupos terroristas que enarbolan como bandera movilizadora el estandarte del Islam véase MOLINO MARTÍNEZ, José: “La religión como factor polemológico en el Mediterráneo, diálogo interreligioso”
Boletín del Centro Superior de Estudios de la Defensa Nacional (CESEDEN) nº 306, 2008, (pp. 37-75), p. 43.
[4]Véase la intervención de Zeyno Baran, investigadora de origen turco del Hudson Institute, el pasado 26 de febrero ante el Comité de Relaciones Exteriores del Senado estadounidense, “Engaging with Muslim Communities around the World” (8 páginas) en <http://foreign.senate.gov/hearings/2009/hrg090226p.html>.
[5]Véanse “Dos muertos en Argelia en un ataque en la guardia”
Diario de Navarra 8 marzo 2009, p. 9 y “Terrorismo. Nueve muertos en un atentado en el Este de Argelia”
El País 24 febrero 2009, p. 30.
[6]Los dos ataques citados no han sido los últimos en las recientes semanas, pues se unen a otros como los dos con bomba producidos en el sur de la Wilaya de Tebessa, en el este del país, que el 13 de febrero provocaron siete muertos, entre ellos un bebé, o al secuestro en el Sahel de dos diplomáticos canadienses y de cuatro turistas europeos por los que a buen seguro se obtendrán jugosos rescates que permitirán seguir manteniendo viva la maquinaria terrorista de AQMI. Véanse “Dos bombas matan a un bebé y seis adultos en el este de Argelia”
Diario de Navarra 14 febrero 2009, p. 24 y sobre los secuestros “Recent Hightlights in Terrorist Activity”
CTC Sentinel Vol 2, nº 3, marzo 2009, p. 27.
[7]ECHEVERRÍA JESÚS, C.: “The Current State of the Moroccan Islamic Combatant Group”
CTC Sentinel Vol. 2, nº 3, marzo 2009, pp. 22-24. En este mismo número y para ilustrar la penetración de los Hermanos Musulmanes en la sociedad egipcia véase el análisis de Steven BROOKE: “Muslim Brotherhood Faces Growing Challenges in Egypt” (pp. 19-24).
[8]CEMBRERO, Ignacio: “Mauritania ordena el cierre de la Embajada israelí”
El País 7 marzo 2009, p. 4.
[9]MOLINO MARTÍNEZ, J.:
op cit p. 45.
[10]BARAN, Z.: “Engaging with Muslim Communities
op cit p. 2.
[11]Al Siba’i considera al nuevo Presidente somalí como un “vendido a los EEUU como Karzai en Afganistán, un agente estadounidense llamado a crear la división entre los ‘muyahidin’”. Para Al Qaradawi, en cambio, dicho mandatario merece ser seguido y obedecido por los somalíes. Véase “Egyptian Islamist Hani al-Siba’i Evaluates the State of Jihad in Somalia and Gaza”
Terrorism Monitor (The Jamestown Foundation) Vol. VII, nº 5, 13 marzo 2009, p. 2.
[12]Sobre la fluida situación somalí véase también SHINN, David H.: “Somalia’s New Government and the Challenge of Al-Shabab”
CTC Sentinel Vol. 2, nº 3, marzo 2009, pp. 1-5.
[13]Las cinco muertes se produjeron en Shibam, uno de los lugares de mayor interés turístico del país árabe. Véase “Yemen. Una explosión mata a cuatro turistas surcoreanos”
El País 16 marzo 2009, p. 8.
[14]BARAN, Z.:
op cit p. 5.
[15]RASHID, Ahmed: “Pakistan’s Continued Failure to Adopt a Counterinsurgency Strategy”
CTC Sentinel Vol. 2, nº 3, marzo 2009, pp. 7-10. Véase también sobre las concesiones hechas a los yihadistas en escenarios como el Valle de Suat ECHEVERRÍA JESÚS, C.: “La inestabilidad de Pakistán a exámen”
Análisis del GEES nº 321, 18 marzo 2009, en <www.gees.org/autor/251>.
[16]Buen ejemplo del caos en que vive Afganistán y con consecuencias operativas es el caso de Abdullah Ghulam Rasoul, el preso número 8 de Guantánamo que Washington extraditó a Afganistán y que liberado por el Gobierno de Hamid Karzai en diciembre de 2007 se ha convertido en uno de los principales jefes de operaciones de los Talibán.
[17]BARAN, Z.:
op cit pp. 4-5.
[18]El Presidente Obama visitará Turquía al término de su primera gira europea en la que participará en la reunión del G-20 en Londres, el 2 de abril; en la Cumbre del 60º aniversario de la OTAN a celebrar entre Estrasburgo (Francia) y la vecina Khel (Alemania), el 3 y 4 de abril; y en su reunión con los líderes del Consejo Europeo en Praga, capital ahora de la UE dada la Presidencia checa de la Unión, el 5 de abril. Véase GONZÁLEZ, Miguel: “Obama avala con su presencia la Alianza de Civilizaciones de Zapatero”
El País 10 marzo 2009, p. 20.
[19]RAMÍREZ, María: “El primer ministro danés se perfila como favorito para liderar la OTAN”
El Mundo 23 marzo 2009, p. 22.
