Entrevistadas por la BBC, Yasmin, que vestía un hijab -un velo que deja la cara y las manos al descubierto-, y Atoofa, con un niqab, que cubre la cara pero deja el área alrededor de los ojos a la vista, dijeron que no las dejaron subir por su apariencia.  "(El conductor del autobús) dijo 'no las voy a llevar en el autobús porque ustedes dos son una amenaza'', contó Yasmin. 

Un portavoz de Metroline dijo: "Nos tomamos esto muy seriamente y haremos una profunda investigación de estas acusaciones de forma urgente".  "Sin embargo, Metroline puede declarar inequívocamente que ese tipo de posturas no serían representativas de la compañía bajo ningún punto de vista y estamos comprometidos con el respeto a la igualdad y la diversidad para todos", agregó. 

El funcionario señaló que la compañía aún está intentando establecer cómo fueron los hechos y había limitado el incidente a tres conductores que están siendo entrevistados.  "Si se descubre que uno de nuestros conductores se negó por cuenta propia a aceptar la entrada de alguien por esa razón, obviamente, es inaceptable", añadió. 

El Consejo Musulmán de Gran Bretaña dijo que estaba "profundamente preocupado", pero no pudo hacer comentarios de casos individuales.  Metroline opera el servicio en representación de TfL.