Esta afirmación se produce poco antes del inicio, esta semana en Viena, de una nueva ronda de conversaciones entre las partes afectadas. Ceku sostiene que el territorio de mayoría albanesa permanecerá estable después del 10 de diciembre si Occidente se mueve con rapidez en reconocer al nuevo Estado europeo, el último en separarse de lo que fue la antigua Yugoslavia.

Los líderes de Serbia y de las instituciones albanokosovares regresarán el jueves a la capital austriaca para reunirse con los mediadores de EE UU, Rusia y la Unión Europea. Se trata de la última oportunidad de alcanzar un acuerdo que evite una declaración unilateral de independencia o problemas en el Consejo de Seguridad de la ONU, donde Rusia amenaza con ejercer el veto.

El enviado especial de la ONU para Kosovo, el ex presidente finlandés Marti Ahtisaari, autor de la propuesta de una independencia tutelada para Kosovo, advirtió ayer de que la solución definitiva no debe retrasarse más. "El estancamiento no debe prolongarse, Kosovo no debe ser otro conflicto congelado. Necesitamos una solución", aseguró. "El estatuto no resuelto pone en peligro el progreso logrado hasta ahora en la estabilidad de los Balcanes", advirtió Ahtisaari, quien no espera milagros de Viena.