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11/10/2009 | Un gran fiasco

Fernando Ochoa Antich

El socialismo del siglo XXI es un gran fiasco. Sólo existe en la mente afiebrada de Hugo Chávez. Justamente, esta semana leí dos importantes artículos sobre el problema de las ideologías. Uno de ellos, escrito por Javier Biardeau, se titula Rosa Luxemburgo: democracia socialista.

 

Comienza su artículo haciéndose una pregunta: "¿Es el proyecto socialista la mayor ampliación de la hegemonía democrática, o es la liquidación de toda democracia, en manos de una hegemonía autoritaria y burocrática?". El otro, escrito por Fernando Mires, se titula la Hibridocracia o las dictaduras del siglo XXI. Entre muchas cosas plantea: "La contradicción comunismo-democracia - y no comunismo-capitalismo - era sólo la expresión geopolítica de una mayor: la contradicción democracia- barbarie. Contradicción que desde los tiempos del milagro griego ha venido persiguiendo a los habitantes del occidente político". Dos enfoques de una misma realidad.

Los totalitarismos, sean de derecha o de izquierda, se han caracterizado a través de la historia por un permanente culto a la personalidad. Hitler, Mussolini, Stalin, Mao, Franco, Pinochet, Castro y Chávez son excelentes ejemplos. El liderazgo colectivo no existe. Solo impera el líder, el caudillo o el jefe. Su voluntad es lo único que importa. Sus criterios son infalibles. A su alrededor no existen fuertes personalidades. Los pocos que al principio tienen propio peso político terminan perseguidos o muertos. Biardeau afirma que "la exaltación ideológica de cualquier mito cesarista es un componente central de una tendencia de pensamiento reaccionario". Mires mantiene que "a diferencia de los antidemócratas del pasado… los actuales enemigos políticos de la democracia necesitan de la democracia para ocultar, en nombre de la misma democracia, a las más astutas dictaduras".

Analizar la actuación del régimen chavista, con base en estas interesantes ideas, puede permitirnos determinar con precisión su esencia como régimen político. Voy a tratar de hacerlo. El gobierno venezolano es considerado internacionalmente como una democracia. Su legitimidad surge de los distintos procesos electorales que se han realizado permanentemente en el país. Eso es verdad, ha habido elecciones, pero es necesario considerar que sus candidatos compiten con innumerables ventajas que le permiten ganar con facilidad. Además, irrespeta el derecho de las minorías, limita a través de la autocensura la libertad de opinión, utiliza el dinero público a su antojo y controla los poderes del Estado. Últimamente ha incrementado el nivel de represión: se persigue a los más importantes líderes de la oposición, se cierran numerosos medios de comunicación y se reprime policialmente las manifestaciones de protesta.

La economía venezolana ha vivido un gran esplendor originado por los altos precios petroleros. Lamentablemente, ese inmenso ingreso no ha permitido la diversificación económica. Cada día nuestro país depende más de las importaciones. Además, de manera sorprendente, Venezuela ha incrementado su deuda en más del 100%. En verdad, el dinero no ha sido utilizado para garantizar el destino de nuestras futuras generaciones. Ni siquiera se han hecho obras de infraestructura. Es innegable que esa inmensa riqueza ha permitido un mejoramiento de las condiciones de vida de los sectores populares, pero ese mejoramiento no es garantía permanente de una verdadera inclusión social.

La conclusión la resume perfectamente Fernando Mires: "la híbrida morfología del gobierno de Chávez se parece más a la dictadura de Lukaschenko que a la de Fidel Castro. La dictadura cubana en cambio es, si se quiere, tradicional y, en gran medida, conservadora. Castro está más cerca de Franco o de Pinochet -ninguno de los dos era híbrido- que de Chávez, quien sí es un perfecto híbrido político". El chavismo es un régimen totalitario, personalista, militarista, de tendencia comunista, que engaña al pueblo, con medidas populistas, para permitir que una camarilla se enriquezca con los dineros públicos. Los tontos de capirote, que le sirven con honestidad, que empiecen a darse cuenta de la riqueza de un buen burgués, de esos que se llaman bolivarianos y para colmo se dicen revolucionarios.

fochoaantich@hotmail.com

El Universal (Ve) (Venezuela)

 



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