El presidente Nicolás Maduro ha acusado al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y al expresidente colombiano, Álvaro Uribe, de presunta conspiración en un magnicidio en su contra. La denuncia del supuesto magnicidio no sorprendió a los venezolanos pues es la décima primera vez que Maduro afirma que lo quieren matar desde que asumió el cargo en la presidencia del Estado venezolano, el 19 de abril pasado.

Esta vez, el ministro de Interior y Justicia, Miguel Rodríguez, en rueda de prensa desveló la denominada operación «Carpeta Amarilla» con la que capturaron a dos colombianos que ingresaron a Venezuela el 13 de agosto con el objetivo de cometer el presunto magnicidio. Los colombianos fueron identificados como Víctor Johan Gueche Mosquera y Erick Leonardo Huertas Ríos, quienes «argumentaron que venían a matar a alguien», según el ministro Rodríguez.

Maduro felicitó al ministro Rodríguez por su «trabajo tan impecable» de desmontar la conspiración. El mandatario venezolano aseguro que «la derecha internacional» quiere liquidarlo, «hemos señalado de donde viene la conspiración, es del grupo de Posada Carriles protegido por EE.UU.» y emplazo al presidente Obama a pronunciarse al respecto.

«Infamias de la dictadura»

El gobernador de Miranda Henrique Capriles dijo que la gente «se ríe del cuento del magnicidio y ya nadie se cree esa mentira». El líder de la oposición afirmo que la denuncia de Maduro es para distraer la atención de los graves problemas que aquejan a los venezolanos como la inseguridad y la escasez de alimentos, «hay tantas dificultades y necesidades y el gobierno inventando magnicidios».

Por su lado, el expresidente colombiano Álvaro Uribe dijo en una entrevista por el canal NTN24 que prefería «hablar de temas importantes y no de infamias de la dictadura. El castro-chavismo toda la vida ha apelado a la infamia», afirmó Uribe.