No necesariamente la crisis entre Teherán y Tel Aviv va a derivar en otra guerra, en donde difícilmente además Estados Unidos pueda —o quiera— mantenerse al margen. Pero en medio de un escenario de creciente tensión bilateral, y cuando Washington está considerando como un hecho el fracaso de las conversiones nucleares con Irán, el ministro de Defensa iraní, Ahmad Vahidi, dio a conocer el sábado que su país probó con éxito en el golfo Pérsico una versión mejorada de su misil de corto alcance, el Fateh-110, para verificar su capacidad de impactar en blancos fijos en tierra o mar. Irán tiene además misiles de mediano alcance, los Sajjil-2, que podrían golpear blancos distantes hasta 2,400 km, por ejemplo la capital israelí, Tel Aviv, a unos 1,600 km de Teherán.
Casi en paralelo, fuentes de la Defensa israelí revelaron información sobre el reforzamiento de su escudo antimisiles como parte de sistema mayor destinado a neutralizar cohetes y misiles de medio alcance lanzados desde Siria, Irán o la milicia del movimiento-partido Hizbulá, en Líbabo.
Así lo dio a conocer ayer el periódico israelí Haaretz, que da cuenta detallada de las mejoras significativas en el sistema de defensa Arrow, que intercepta cohetes y misiles de medio alcance. Desarrollado por Israel en 1990, el sistema cuenta con una nueva versión, el Arrow 2, aunque ésta aún no está lista.
El Arrow, añade el periódico, fue desarrollado por las Industrias Aeroespaciales de Israel y la empresa Boeing y salió a la luz en el año 2000, con capacidad para impactar en pleno vuelo a misiles balísticos de largo alcance como los Squads de Siria, o los Shihab iraníes.
El último sistema es el “Cúpula de Hierro”, que intercepta proyectiles lanzados desde Gaza contra suelo israelí. Añade Haaretz que hay una nueva generación de misiles antimisiles, el Davis Sling (o “Boque 4”), aunque recién estará lista para el 2015, con un alcance medio de 300 km.
