Quizá una de las explicaciones más sencillas es decir: claro, la gente se cansa. Y sí, en efecto, un día por cualquier asunto aparentemente menor se desatan eventos en cadena. Así pasó en Túnez, donde el intento de suicidio de un hombre que vendía verduras en la calle y no le alcanzaba prácticamente para nada fue una señal de desesperación y de hartazgo que rápidamente encontró eco en los ciudadanos de ese país, que trasladaron la desesperación del vendedor de verduras a una protesta por el sistema imperante, por la dictadura que los tenía controlados y sometidos.
El propio ex presidente tunecino, Ben Alí, se apersonó en el hospital para saludar y reconfortar al suicida. Ya no le perdonaron nada y la gente decidió salir a la calle ya no sólo a solidarizarse con un hombre joven y desesperado que entre sus desdichas, para sumarle otra más, estaba la de tener todo el cuerpo quemado gravemente y agarrarse a unos hilos de vida. Salieron a exigir democracia, derechos humanos, posibilidades de una vida digna, frenar la rampante corrupción imperante en las altas esferas gubernamentales.
La mecha de la libertad prendió en Túnez y se pasó rápidamente a otros países, señaladamente en Egipto, donde la situación parece estar fuera de control. La gente decidió hacer caso omiso del toque de queda y está en la calle manifestándose y exigiendo la salida de Mubarak, que ya hizo renunciar a su gabinete, pero el pueblo quiere su cabeza. El clima de exasperación política ha terminado en violencia callejera, brutalidad policiaca y robos y saqueo a casas. Nada volverá al orden mientras Mubarak siga aferrándose al poder.
Y seguirán otros países según varios analistas: Siria, Jordania; el mundo árabe está cambiando hacia la democracia aunque hay quienes resisten. El sábado pasado fue ejecutada en Irán una ciudadana holandesa que fue detenida en las manifestaciones de hace un año, que se dieron contra la reelección de Ahmadineyad. Zahra Bahramí, que visitaba a sus familiares, holandesa en segunda nacionalidad, fue acusada oficialmente de poseer “450 gramos de cocaína y participar en la venta de 150 gramos”. La familia de ella dice que es un invento y que todo es político. Zahra fue ahorcada a las primeras horas del sábado. Es posible que la ejecución de esta mujer catapulte el hartazgo de los ciudadanos de Irán.
Las dictaduras están en el precipicio. Sería muy bueno que Hugo Chávez pusiera sus barbas a remojar
Nota: En una de sus peores columnas, lo que ya es decir, Ricardo Alemán menciona que la alianza del PAN en Guerrero obedece a una línea de Los Pinos y que por eso escribí lo que escribí el miércoles en este espacio. Es posible que mi texto no le haya gustado a Alemán, que lo mismo publica una conversación privada que recibe un “chayo”, como se documentó hace algunos años. Pero que no le guste lo que escribo no implica que no lo haya pensado y escrito yo. El argumento barato del parentesco no sirve salvo para exhibir su bajeza. Por mi parte, sostengo que por más malas que me parecen las columnas de Alemán, supongo que las escribe él, no se las dicta Estela Livera.
Twitter: @juanizavala