La siguiente parada en la gira de Netanyahu era Washington, donde se reuniría con Obama. Encuentro que evidentemente fue cancelado.

La crisis diplomática se debió a que el barco turco en que viajaban los activistas, el Mavi Marmara, no hizo caso a los avisos del gobierno israelí de detener su marcha hacia Gaza.

Lo que siguió fue la toma de la embarcación por militares israelíes que abordaron la nave descendiendo desde helicópteros. La versión que ha dado a conocer el gobierno de Israel al respecto es que sus marinos fueron recibidos a palos, cuchillos y granadas. Que, de activistas, poco tenían quienes tripulaban el Mavi Marmara.

Ante la agresión, los israelíes respondieron con sus propias armas y el saldo fue de nueve muertos, varios heridos y un gran repudio de la comunidad internacional.

Coincido con la visión publicada en la revista electrónica Slate, en donde menciona que cualquier país que sienta sus aguas territoriales invadidas tiene que responder sin titubeos.

Esto fue lo que hizo Israel con una embarcación a la cual se le dio varios avisos de detener su marcha, de entregar la ayuda humanitaria a las autoridades israelíes y de nombrar a unas personas de la embarcación para que acompañaran a hacer entrega de los víveres a los habitantes de Gaza.

Ante la negativa, vino la reacción israelí que terminó en un juego de perder-perder para casi todos los involucrados: para el gobierno israelí, para el turco, para EU, porque con este tipo de incidentes su cercanía al pueblo judío se vuelve a cuestionar en casa y fuera de ella, y para los habitantes de Gaza que no por este incidente verán un fin próximo al bloqueo.

El único que ha ganado algo ha sido el régimen iraní de Mahmoud Ahmadinejad, quien siempre ha señalado a Israel como el villano de la región y que con este problema puede confirmar ante algunos su teoría.

Además, ha logrado que las sanciones a Irán por el enriquecimiento de uranio pasen a un segundo plano en las Naciones Unidas.

Pero más allá de estas consecuencias políticas, el conflicto generado por el freno violento del Mavi Marmara ha sorprendido por las reacciones de los mismos judíos.

Esta semana la prensa estadunidense publicó artículos sumamente interesantes sobre el tema.

El reconocido escritor y periodista Amos Oz escribió sobre la necesidad del gobierno israelí de revalorar el uso de la fuerza. “Israel se ha convertido en un martillo que ve en cada problema, no importando el tamaño, un clavo al cual golpear”.

Michael Chabon, premio Pulitzer y de ascendencia judía, escribió en The New York Times un artículo cuestionando incluso el fenómeno Einstein, por el cual los judíos son enseñados a que tienen una inteligencia superior que el resto de los humanos.

El bloqueo a Gaza quedó en un segundo plano. La crisis del mar abrió una grieta entre el pueblo judío. Entre aquellos que estuvieron de acuerdo con la reacción del gobierno de Netanyahu y los que no.

En Twitter: @AnaPOrdorica