De Petróleos Mexicanos (Pemex) el crimen organizado se está robando prácticamente todo. La paraestatal está expuesta al robo constante de gasolinas, condensados y hasta petróleo crudo.
Pero hoy, la extracción ilegal de gas natural y petroquímicos se ha convertido también en otro jugoso negocio de casi 5 mil millones de pesos anuales que se realiza desde las propias instalaciones.
Mediante conexiones ilegales de válvulas en la red de casi 6 mil kilómetros de gasoductos y el fácil acceso y salida en tres de los seis principales complejos petroquímicos de Pemex (Morelos, La Cangrejera y Cosoleacaque, considerados el emporio petroquímico de México) se extrae gas natural para su venta entre la industria y el consumo doméstico y tambos de petroquímicos que se usan para la fabricación de fármacos.
La Procuraduría General de la República, la Policía Federal y los órganos internos de vigilancia de Pemex, han empezado a documentar las “facilidades” que encuentra el crimen organizado en el robo de gas y petroquímicos dada la vulnerabilidad de los sistemas de vigilancia y la complicidad del personal encargado de la seguridad física de instalaciones estratégicas de la paraestatal.
Informes de Pemex revelan que en 2006 se registraron 224 ilícitos en ductos de la petrolera. El año pasado el número de tomas clandestinas se elevó a 323. En líneas de Pemex Gas y Petroquímica Básica (PGPB) fueron detectadas 10 conexiones ilegales. Del primero de enero al 12 de junio de 2008, se han registrado 152 embestidas en ductos de Pemex, incluyendo líneas de PGPB.
Información reservada de la paraestatal —con fechas de febrero y mayo de 2008— evidencian la preocupación de Pemex porque el crimen organizado, la delincuencia o probables terroristas pueden tener acceso a las petroquímicas o al edificio sede de Pemex Petroquímica que se ubica en Coatzacolacos, Veracruz con relativa facilidad.
El riesgo radica en que este organismo subsidiario guarda una estrecha relación comercial con empresas privadas nacionales a las que suministran petroquímicos para la elaboración de fertilizantes, plásticos, fibras y hules sintéticos, fármacos, refrigerantes y aditivos, entre otros.
Pemex ha considerado la posibilidad de contratar compañías de seguridad que proporcionen el servicio de detección de intrusos y explosivos por medio de videos u otros medios alternos.
Sin embargo, la paraestatal denuncia que esto no ha sido “factible debido a que las condiciones actuales del Contrato Colectivo de Trabajo establecido entre el sindicato y Pemex no permite la contratación de compañías externas para este servicio”.
