Los casos de  Assange (refugiado en la Embajada de Ecuador en Londres) y de Edward Snowden (refugiado en el aeropuerto de Moscú), el primero por destapar las grabaciones de Wikileaks y el segundo por desvelar las grabaciones masivas que el gobierno de los EEUU hacía a la población contra el terrorismo y las embajadas extranjeras, ha puesto en el debate mundial  la revisión de los sistemas de seguridad de cada país.

Si alguno ha pensado en seguir los pasos de estos dos topos que han puesto contra las cuerdas al imperio de los EEUU,  tendría que mirarse en el espejo del australiano Julian Assange y del estadounidense  Snowden, pues ninguno de los dos ha terminado sus días en una playa del Caribe con una margarita y una morena haciendoles masajes frente al mar.

Assange está casi preso en la Embajada de Ecuador en Londres sin poder salir porque lo agarran los chicos de la Interpol y lo destierran a EEUU para ser juzgado. Igual pasa con Snowden, que estando a buen reguardo en el aeropuerto moscovita, fue perseguido en el avión del boliviano Evo Morales, quien tuvo que pagar las consecuencias de que creyeran que le daba refugio en su avión, en su tránsito por Canarias, territorio español.

Todavía falta por saber si el joven ex agente de la CIA se esconde en el avión de Maduro, quien llegó a Moscú con toda su familia cargando a su nieto en brazos,  bajando en un avión de la CUBANA de aviación, los venezolanos se preguntan : ¿Y qué pasó con el avión presidencial, un airbus que compró Chávez hace diez años?. Maduro viaja a Rusia y  Bielorrusia con toda su familia, ¿es un viaje de placer, de negocios  o de turismo?. Nadie lo sabe y nadie pregunta, los medios están controlados por el gobierno.