“Nuestros agentes no disparan en estas operaciones y no lo hicieron en esta ocasión”, y su papel se limita a asesorar a sus contrapartes hondureñas, afirmó la portavoz del Departamento de Estado.
Los agentes estadounidenses que participan en operaciones antidrogas conjuntas en Honduras no disparan, afirmó ayer la portavoz del Departamento de Estado, Victoria Nuland, cuando Tegucigalpa investiga un hecho en el que habrían muerto civiles.
“Nuestros agentes no disparan en estas operaciones y no lo hicieron en esta ocasión”, y su papel se limita a asesorar a sus contrapartes hondureñas, afirmó Nuland.
En el intercambio de disparos del 11 de mayo “no usamos la fuerza. Ningún agente estadounidense disparó un arma. Estuvimos involucrados solamente en apoyo y asesoría”, dijo Nuland.
De acuerdo a versiones de prensa, cuatro civiles habrían muerto y cuatro más resultaron heridos durante un enfrentamiento entre narcotraficantes y efectivos de seguridad hondureños, que iban acompañados de agentes de la administración antidrogas estadounidense (DEA) en la zona de la Mosquitia.
La organización estadounidense de derechos humanos Human Rights Watch (HRW) se hizo eco ayer de esas denuncias y exigió en un comunicado a los gobiernos de Honduras y Estados Unidos adelantar una investigación sobre los hechos.
Según la versión oficial de la policía, el intercambio de disparos en el departamento caribeño de Gracias a Dios (este) dejó dos narcotraficantes muertos y otros dos heridos.
“Las autoridades hondureñas están llevando a cabo una investigación amplia sobre este incidente para evaluar exactamente qué pasó y cómo”, dijo Nuland.
La portavoz confirmó que en el hecho participaron helicópteros estadounidenses, pero pilotados por agentes centroamericanos, tal y como es costumbre en las operaciones antidrogas en la región, que se ha convertido en las más violenta del mundo por el crimen organizado.
“Es fundamental que las autoridades tanto hondureñas como estadounidenses aseguren que estas muertes sean investigadas a fondo para determinar si se justificaba el uso de la fuerza letal”, señaló el director para las Américas de HRW, José Miguel Vivanco.