Los ataques continuaron la madrugada del miércoles y la ciudad amaneció sitiada por policía, que ordenó la disposición de todo su contingente para impedir nuevos ataques. Las cámaras de televisión de TV Globo filmaron desde un helicóptero imágenes que muestran la reacción de los bandidos en la favela Complexo de Alemão, fuertemente armados y en motocicletas, a la espera de la policía. La osadía de los delincuentes es tan impresionante que un contingente del Batallón de Elite de Operaciones Especiales (Bope) tuvo que retirarse al ser recibido con tiros en la favela Vila Cruzeiro. Un vehículo blindado de esa unidad fue incendiado con bombas molotov tiradas por los bandidos.
Según la policía, los ataques, orquestados desde una cárcel de máxima seguridad en el municipio de Catanduvas, a más de 1.330 kilómetros de los hechos, son una protesta de los malhechores contra el trabajo de pacificación en las favelas realizado por la Secretaría de Seguridad Pública de Río. Las llamadas Unidades de Policía Pacificadora (UPP) comenzaron a ser instaladas hace dos años como salida para combatir el tráfico, y ya están presentes en 12 favelas. La policía arrestó una mujer con dos cartas que muestran la rabia de los traficantes contra las UPPs.
Traslado de presos peligrosos
“Quien cruce el camino de lo que está siendo hecho en Río, será atropellado”, amenazó el Secretario de Seguridad Pública de Río, José Mariano Beltrame, responsable por la implantación de las UPPs. “ No tenemos la pretensión de acabar con el tráfico. Él existe en Nueva York, París o en cualquier lugar del mundo. Pero el territorio impuesto por las armas de fuego, tiene que acabar”, afirmó el secretario.
El gobierno de Río anunció el miércoles que transferirá los presos más peligrosos para detener el comando de los ataques desde las cárceles. Los traficantes Marcinho VP y Elias Maluco, considerados los más peligrosos, serán transferidos de Catanduvas a una cárcel federal en medio de la selva. “Lo que tiene que valer es que estas personas están segregadas de la sociedad y no pueden interferir o tener cualquier tipo de influencia en una estructura criminal”, declaró el director del sistema penitenciario, Sandro Avelar.
