El portavoz de la Policía israelí ha confirmado que no se trata de un atentado suicida. La bomba ha estallado junto a un autobús en una de las puertas de la ciudad, en un barrio judio.
La Policía de Israel ha descartado «definitivamente» que el atentado que este mediodía ha sacudido Jerusalén sea obra de «un suicida». Las últimas estimaciones apuntan a que habría entre 25 y 50 heridos y la edición electrónica del diario Jerusalem Post asegura que una mujer habría muerto. Según el portavoz policial, Miki Rosenfeld, «el atentado terrorista» ha sido perpetrado mediante la detonación de explosivos que se encontraban dentro de una bolsa que había sido abandonada junto a un poste telefónico, muy cerca de donde una la gente esperaba el autobús de la línea 74, que ha resultado dañado.
El Ministerio de Seguridad Pública estima que se trataría de «uno o dos kilos» de material explosivo y su titular, Yitzhak Aharonovich, apuntó a la autoría de «extremistas». El periódico «Yedioth Ahronoth»asegurae que los Comités Populares de Resistencia, una milicia palestina, habrían revindicado el atentado en respuesta a «los crímenes de Israel».
Los hechos han ocurrido en uno de los lugares más concurridos de Jerusalén, la carretera que discurre a pocos metros de la fachada de la Estación Central de Autobuses, donde numerosas líneas de transporte urbano tienen sus paradas. En el lado opuesto de la vía se encuentra el Centro de Convenciones y Congresos. Toda la zona ha sido rápidamente acordonada por fuerzas policiales y militares, que han obligado a la multitud a retirarse por temor a una segunda explosión. De hecho, el pánico ha cundido durante unos minutos media hora después de la primera detonación al extenderse el falso rumor de que se había encontrado una nueva bomba.
El impacto ha afectado la parte derecha de uno de los autobuses y reventado su luna trasera, si bien los cristales delantero y del lado izquierdo se encontraban intactos.
El atentado ha conmocionado Israel en un momento de creciente tensión con las milicias palestinas en la franja de Gaza, donde una operación del Ejército judío mataba ayer a ocho palestinos en respuesta al lanzamiento en los últimos días de numerosos cohetes desde la franja. No obstante, el portavoz policial insistía esta mañana en el lugar de los hechos en que se trata de realidades separadas que no tienen nada que ver. «Son áreas diferentes, -decía- una cosa es Gaza y esto es Jerusalén, tampoco es una nueva Intifada, se trata de un ataque puntual».
«Ningún afectado español»
Por su parte, al Consulado General de España en Jerusalén no le consta que haya españoles entre la más de una treintena de personas heridas hoy por la explosión de un artefacto cerca de la estación central de autobuses. "Estamos llamando a los españoles inscritos en el Consulado y creemos que no hay ninguno entre los afectados", según ha declarado un diplomático de la legación española, que precisó que alrededor de 400 españoles residen en Jerusalén.
