El coronel, que seguía desaparecido al momento de escribir estas líneas, se encontraba de vacaciones en Tapalpa, Jalisco, y fue privado de su libertad por integrantes del Cártel Jalisco Nueva Generación. El coronel Grimaldo, según el comunicado de la Defensa Nacional, “se encontraba descansando en una cabaña de renta en esa comunidad y al abandonar el inmueble con la intención de reincorporarse a su unidad en Nuevo Laredo, Tamaulipas, como consecuencia de un incidente de tránsito, fue interceptado por dos vehículos con gente armada, quienes, con uso de violencia, lo obligaron a descender de su vehículo, llevándoselo con dirección desconocida”.

Según el comunicado “en un acto por demás cobarde, fue objeto de la violencia de un grupo de delincuentes del CJNG, encabezados por el jefe regional de Tapalpa, Jalisco, que responde al alias de CR”. La verdadera identidad de este sujeto es, como decíamos, Juan Carlos Pizano Ornelas, jefe de plaza en Tapalpa y de toda esa área de influencia.

Dice la Sedena que, “con datos recabados de integrantes del CJNG y otras fuentes de información, se ha logrado establecer un perímetro definido dentro del cual, muy probablemente, haya sido trasladado el coronel Grimaldo y hacia donde orientamos nuestros esfuerzos de búsqueda”, misma que hasta el momento de escribir estas líneas no ha tenido éxito, aunque se han desmentido las versiones que se dieron en el fin de semana sobre el supuesto hallazgo de los restos del coronel.

El coronel Grimaldo, durante sus años de servicio en el Ejército mexicano, exhibió una buena trayectoria profesional y se desempeñaba como comandante de un regimiento en la frontera norte, en donde, dice el comunicado de la Sedena, “se ha destacado por los resultados sobresalientes a favor de la seguridad de la sociedad mexicana”. Como decíamos la semana pasada, había tenido un papel importante en la desarticulación de los grupos de criminales relacionados con el llamado Cártel del Noreste. Queda la duda sobre si ese grupo tuvo relación o no con la desaparición del coronel, aunque el comunicado de Sedena insiste en que esa acción “la llevaron a cabo integrantes del CJNG de manera premeditada, aprovechándose de la condición indefensa del coronel Grimaldo”.

No son, insistimos nosotros, temas intrascendentes. En la misma zona del país se asesina a un general brigadier que era, además, el jefe de la Guardia Nacional en Zacatecas, días después se asesina a un juez de control, ahora se secuestra a un coronel en funciones que supuestamente estaba de vacaciones en la zona. Mientras tanto, la danza de muertes, secuestros, extorsiones, continúa en toda esa zona del centro del país, en Zacatecas, Jalisco y Guanajuato.

Ya lo decíamos en días pasados: son acciones que se cometen por el creciente empoderamiento de los grupos criminales, que se atreven a hacer cosas que antes tenían vedadas porque siguen creyendo que quedarán impunes. Lo hacen porque pueden y porque no perciben ante esas acciones represalias del Estado al nivel de esas mismas agresiones. Es difícil de entender el por qué y me imagino la impotencia de los mandos ante una orden política de esas características.

Ojalá, por el bien de los suyos y de la institución, sea encontrado con vida el coronel Grimaldo Muñoz y castigados quienes lo privaron de la libertad. Pero urge un cambio, un giro de 180 grados en una estrategia que evidentemente no funciona y no da los resultados que la sociedad demanda.

https://www.excelsior.com.mx/opinion/jorge-fernandez-menendez/el-coronel-desaparecido/1559777