Ante la medida adoptada por el Presidente boliviano, las reacciones no se han hecho esperar y el Defensor del Pueblo le ha exigido el cese inmediato de la violencia. Como explica El País, el desencanto social hacia Morales es cada vez mayor entre su población, al mismo tiempo que el gobierno del M.A.s está obrando diferente a como había apostado en 2006.

Radio Nederland Holanda recabó el testimonio de una de las personas afectadas por el proceder del Morales: “nos han entrado al campamento cuando, día domingo, todos estábamos tranquilos, todos felices, inclusive haciendo canciones, todo, y ahí es donde nos han entrado. Y en este momento no sabemos adónde nos conducen. Hay mucha gente que está en el bus que ha sido pateada golpeada y gasificada, han lanzado gases (lacrimógenos) inclusive en el puesto de salud donde estaban atendiendo a niños, donde dos se desmayaron y uno es el de dos meses, que es el niño que te digo”. Para el que fuera Defensor del pueblo en Bolivia, Waldo Albarracín, este proceder es un ejemplo del carácter autoritario del gobierno.

 A nivel de política doméstica boliviana, este proceder ya ha tenido las primeras repercusiones: dimisión de la Ministra de Defensa Cecilia Chacón quien, como podemos leer en el diario colombiano El Espectador, ha obrado así porque no comparte la medida tomada por Morales y sobre todo, su ministerio ha elaborado una nota difundida a los medios en la que se puede leer un elocuente “¡No así! Acordamos con el pueblo hacer las cosas de otra manera”.

También se ha manifestado en contra la Asociación de Periodistas de La Paz quien ha puesto el acento en que la manifestación reprimida por el gobierno era pacífica y legal, y sobre todo, lanzan un aviso a Morales pues “con estos actos de represión inhumana, el Gobierno del Presidente Morales demuestra una vez más que su pregonada vocación democrática se resume al uso de la fuerza en lugar de las ideas”, reflejó el diario boliviano