Después de varios meses de trabajo de inteligencia, los investigadores de las unidades antimaras de la capital y Villa Nueva, de la Policía Nacional Civil (PNC), descubrieron que las pandillas Salvatrucha y 18 han montado una organización para cometer hechos delictivos en el territorio nacional.

De cada gavilla se desprende una serie de células, y la estructura de cada una inicia con un gran líder, que es el encargado de planificar y ordenar los asaltos, extorsiones y crímenes que cometen a diario, indicaron los investigadores.

El jefe asigna a los pandilleros que se encargarán de asaltar buses y a los recolectores de las extorsiones a propietarios de negocios, viviendas y pilotos de las unidades del transporte colectivo.

En caso de que el jefe muera o sea capturado, cada pandilla cuenta con un subjefe, quien tomará el control de la célula.

Sin embargo, en la mayoría de casos, los integrantes del grupo rechazan al subjefe, pues éste fue elegido por el gran líder, y no por el grupo. Por esta razón, se dan los enfrentamientos y las pandillas terminan desintegrándose, apunta la pesquisa.

La Policía se ha concentrado en localizar y capturar a los líderes, para desarticular la organización con que cuentan las gavillas.

De enero a la fecha, la PNC ha localizado y consignado a los tribunales a 16 jefes de células de las dos maras, por asesinato, extorsión y portación ilegal de arma de fuego.

“Con esta estrategia, la Policía está logrando romper los esquemas de acción de los mareros”, indicó un investigador.

También se encuentran en prisión más de 400 pandilleros, por distribución y consumo de droga, por asaltos y violaciones.

“La Policía ha aportado suficientes pruebas para que estos delincuentes sean llevados a juicio, por lo que esperamos que los tribunales no los dejen en libertad”, señaló la fuente.

La ayuda que pide el investigador también abarca al Ministerio Público (MP), en cuanto a tramitar inmediatamente las solicitudes de allanamiento.

De 50 peticiones de cateo, el MP ha tramitado menos de la mitad, lo cual ha repercutido en que muchos pandilleros se hayan fugado, aseguró la fuente.

Dentro de la organización están los sicarios, cuya tarea es matar a las personas que se oponen a pagar las extorsiones. Para ello deben coordinarse con los encargados de conseguir las armas y vehículos, a efecto de cumplir la orden del jefe o subjefe.

Los vendedores de droga y recolectores de impuestos son parte importante en las pandillas, pues el dinero que recaudan es utilizado para su sobrevivencia, pagar fianzas y abogados defensores de sus jefes y compañeros que se encuentran en prisión, y para comprar armas.

Los investigadores han establecido que las armas son vendidas por los narcotraficantes, policías corruptos o son trasegadas desde El Salvador y Honduras.

La creatividad también es fundamental en cada organización, por lo que designan personal para efectuar las pintas en las paredes y así delimitar su territorio con los símbolos que los identifican.