Un asistente social de la ciudad de Nueva York fue arrestado el 24 de septiembre durante un encuentro de los líderes del G20 en Pittsburgh. El motivo que dio el Buró Federal de Investigación (FBI) fue que había informado a los protestantes de los movimientos policiacos por medio de Twitter.

“Me acusaron de informar a los manifestantes por medio de Twitter sobre los movimientos de la policía para que no los atraparan. En un país democrático como Estados Unidos, donde normalmente tenemos libertad de expresión, nos están quitando nuestros derechos”, dijo Elliot Madison en entrevista con Democracy Now, una cadena estadunidense que promueve lademocracia.

Elliot Madison fue acusado de evitar detenciones, uso delictivo de un dispositivo de comunicación y posesión de instrumentos criminales. Estaba trasmitiendo en Twitter información pública disponible sobre las actividades de la policía en las protestas contra el G20, incluyendo datos sobre los lugares donde se le había ordenado a la policía dispersar a losmanifestantes.

Twitter se ha establecido rápidamente como una herramienta importante en el arsenal de los grupos de protesta. Durante la Cumbre, la policía dijo abiertamente haber usado ese sistema de comunicación para escuchar cómo se informaban los protestantes.

En un comunicado, el FBI dijo haber encontrado en su habitación de un motel, computadoras y radios trasmisores y que en la casa de Madison, se le confiscó 11 máscaras de gas, cinco pares de gafas y adhesivos. También se encontraron libros anarquistas y retratos de Marx y Lenin.

Una semana después de la protesta en Pittsburgh, el FBI y la Fuerza Conjunta Contra el Terrorismo patearon la puerta de la casa de Madison donde vive con un grupo de anarquistas en Queens, Nueva York.

Un mail que recibió Excélsior ,por parte de una compañera de Madison, explica que los policías los tuvieron detenidos y esposados durante 16 horas en la casa sin poder moverse, ni comer.

“Se llevaron todo, los pasaportes, peluches, celulares, libros, computadoras, DVD, discos duros, declaraciones de impuestos, banderas, fotos, todo. Luego nos llevaron a cada uno a la cárcel”, dijo la mujer, quien prefirió guardar el anonimato.

Tras su liberación el 6 de octubre, Madison pidió que se le entregara las computadoras y los manuscritos que los agentes federales se llevaron. Sostuvo que las autoridades violaron la Constitución de Estados Unidos y los derechos de sus clientes con enfermedades mentales.

Mientras, el FBI estaba investigando pruebas para demostrar que había roto una ley antidisturbios en Twitter.

Según el documento del Departamento de Justicia de EU que Excélsior recibió, la ley estadunidense no permite regresar los documentos perseguidos si las autoridades los consideran ilegales o que el gobierno los necesite para demostrar su uso contra la seguridad.

Es una costumbre, tras los ataques del 11 de septiembre 2001, considerar a los disidentes políticos como amenaza para la seguridad nacional, pues según una investigación de la revista Wired, la denuncia del tribunal dejó la impresión de que Elliot Madison, fue otra víctima del gobierno.

Madison, su esposa y su abogado Martin Stolar dijeron que la investigación violó las protecciones constitucionales contra las investigaciones generales y el enjuiciamiento por discursos políticos. El acusado señaló que su arresto sería comprensible si hubiera sido en China o Irán, donde la libertad de expresión es reprimida.

“Nos quitaron todas nuestras libertades por los mensajes mandados por Twitter. La mayoría se quedó bajo arresto y con derecho a fianza. Madison tuvo que pagar una ridícula cantidad de 30 mil dólares en efectivo y fue liberado 36 horas después de que su fianza fue pagada”, explicó la mujer en el correo.

El pasado 20 de junio, cuando los iraníes protestaron contra los resultados de sus elecciones nacionales, el presidente de EU, Barack Obama, dijo en una declaración: “Los derechos universales de reunión y de libertad de expresión deben ser respetados, y Estados Unidos apoya a quienes procuran ejercer esos derechos”.

Su declaración fue publicada en inglés, farsi y árabe, en la propia página de Twitter de la Casa Blanca. El mensaje decía: “Exhortamos al gobierno iraní a que detenga todas las acciones violentas e injustas contra su propio pueblo”.

Los senadores estadunidenses, Charles Schumer, demócrata de Nueva York, y Lindsey Graham, republicana de Carolina del Sur, escribieron una carta a la secretaria de Estado, Hillary Clinton, en la que la exhortan a que presione a las naciones europeas para que limiten la venta de tecnología de espionaje a Irán.

En la carta escribieron: “Tras las recientes elecciones, el gobierno iraní ha utilizado una nueva central de vigilancia de comunicaciones para interferir y bloquear las comunicaciones a través de internet y de teléfonos celulares como parte de sus intentos por reprimir a los ciudadanos iraníes que se manifiestan pacíficamente, incluso los mensajes de voz y de texto, correos electrónicos, al igual que ciertas publicaciones en sitios de redes sociales como Twitter, MySpace y Facebook”.

Madison, quien no tiene antecedentes penales, trabaja como consejero en un centro de salud mental, además de ser escritor de novelas. Denunció el hecho de que la policía lo acusó de crear disturbios y poseer material que puede causar daños a la seguridad pública.

“Soy escritor. He escrito ficción, también he escrito muchos otros tipos libros. Soy anarquista y escribí muchas obras políticas. No sólo se llevaron todas mis obras, sino que se llevaron todo lo que tuvieron ganas de llevarse de mi biblioteca, que es bastante grande. Se llevaron muñecos de peluche de la serie Curious George, se llevaron imágenes de la heladera, un bordado de Lenin que hizo mi abuela. Toda una serie de cosas extrañas”, criticó.

En la manifestación durante el encuentro de los líderes de los 20 países más ricos en Pittsburgh, la policía arrestó a más de 200 protestantes durante los dos días de la Cumbre. Al menos cinco mil manifestantes tomaron parte en las protestas.