Bruce Riedel está considerado una de las personas más influyentes en Washington en la política exterior estadounidense en Pakistán y Afganistán. No en vano, la Casa Blanca le encargó en el mes de febrero coordinar el panel de expertos que diseñó la nueva política del país hacia el paquete conocido como 'Afpak', es decir, los dos países asiáticos que comparten la amenaza talibán.

Este analista, que dejó la CIA después de treinta años de servició para ingresar en el prestigioso 'think tank' Brookings Institution, es muy cercano al presidente Barack Obama, pues durante la campaña electoral ya fue su asesor para los avisperos afgano y paquistaní. elmundo.es ha podido conversar con él tras la noticia de la posible muerte del líder talibán Baitulá Mehsud.

-¿Cree que son ciertas las noticias de la muerte del líder talibán Baitulá Mehsud?

Todo parece indicar que son ciertas. Pero hasta que no haya una confirmación a partir de las muestras de ADN de las víctimas del bombardeo, no se puede garantizar al 100%. No olvidemos que no es la primera vez que se publica en la prensa su obituario.

-De ser cierta la noticia, ¿qué implicaciones tendría su muerte?

Supondría una verdadera inyección de moral tanto para las fuerzas militares estadounidenses, como para el Estado paquistaní. Mehsud se había convertido en todo un símbolo para la insurgencia en Pakistán. La red que él ha dirigido es la responsable de la gran mayoría de los atentados suicidas en el país que han dejado un reguero de muertes. Por ejemplo, Mehsud fue el cerebro del asesinato de Benazir Bhutto la ex primera ministra de Pakistán, y esposa del actual presidente, Asif Ali Zardari. Ahora bien, aún queda un largo camino que recorrer para neutralizar la amenaza que estos grupos extremistas representan para Pakistán.

-¿Sería también importante para la lucha en Afganistán?

No, porque Mehsud actúaba básicamente dentro de Pakistán, y su objetivo era el gobierno de Islamabad. Es cierto que ha proporcionado un santuario en el territorio bajo su control a los talibanes afganos, pero esa política de cooperación no cambiará tras su muerte.

-¿Es este ataque una muestra de una mayor colaboración entre los servicios secretos occidentales y los paquistaníes?

Efectivamente. EEUU hace tiempo que había instado al gobierno paquistaní a que actuara contra Mehsud, pero no lo había hecho. El bombardeo es producto de una mayor voluntad de confrontar a los talibanes paquistaníes, y de cooperar con EEUU. Ahora sería necesario que Islamabad también actuara contra el liderazgo de los talibanes afganos, que se refugia en la ciudad de Quetta. Ese sí sería un golpe de efecto en Afganistán.

-El mísil que ha podido acabar con la vida de Mehsud se ha lanzado desde un avión estadounidense dirigido por control remoto. ¿Ha aumentado esta práctica con la actual administración?

Desde su investidura, el presidente Obama ha mostrado una clara voluntad de utilizar todos los recursos a su alcance para golpear a los talibanes. Y uno de ellos, son las misiones de bombardeo de los 'drones', los aviones no pilotados, cuyo uso, como el de otras herramientas, se ha ha intensificado estos últimos meses.

-Muchos expertos han alertado que estos bombardeos pueden ser contraproducentes porque causan la muerte de civiles, y dan alas al antiamericanismo. ¿Está de acuerdo?

Creo que hay que utilizar esta herramienta con la mayor precaución posible porque comporta riesgos. Sin embargo, habida cuenta de la imposibilidad de lanzar una ofensiva terrestre en las zonas fronterizas entre Pakistán y Afganistán, el bombardeo desde los 'drones' es la única opción disponible para golpear la estructura operativa de los talibanes.