Muchos analistas consideran la posibilidad de una crisis que puede extenderse a todo el planeta particularmente por la economía estadounidense. En este contexto, América Latina podría estar al margen.

Se ha vivido una etapa de optimismo en lo económico y también lo político, salvo Cuba, todos se han comprometido con el sistema democrático y la libre empresa, el crecimiento económico ha permitido mejor distribución de la riqueza con programas sociales. A partir del año 2000-2004, la recuperación económica ha sido progresiva llegándose a un crecimiento del 5%. Se explica por la coyuntura mundial de gran demanda de materias primas y el aumento en el precio de las mismas. Las desigualdades se han reducido en nuestra región y ha crecido un 11% el PIB. Es paradigmático el modelo económico y político brasileño, la más grande democracia pero también la economía más sólida en Suramérica, convirtiendo al país en un gran actor en la política del mundo y en el comercio mundial.

Brasil es permanente invitado a las reuniones del G-8. Brasil lideriza la protección de los intereses de las economías emergentes en la OMC. El presidente Lula da Silva, inclinado a la izquierda en lo político y social, mantiene sus múltiples alianzas donde puede armonizar en equilibrio sus relaciones de interés inmediato con Venezuela como las de largo alcance con Washington. Brasil ha diversificado su industria sin descuidar su agricultura incrementando sus exportaciones. Esto le ha permitido un crecimiento de 5.4%, sin renunciar a los programas sociales, ha incentivado a la empresa privada. Los ricos se han hecho más ricos pero también la clase media vive mejor y los sectores populares sienten la participación en la economía y en la política, el número de brasileños con fortunas que exceden al millón de dólares creció en 19% el año pasado detrás de India y China, los microcréditos se han extendido y las bolsas de familia benefician a 45 millones de personas, ayuda no condicionada a la filiación política.

Con un discurso menos populista depende menos de Estados Unidos adonde sólo exporta el 2,5% del PNB. Estados Unidos no podrá escapar más a la recesión, se estima su crecimiento en 1,3% este año y en el 2009, 1%, pero también la zona del euro sufrirá las consecuencias sin caer en la crisis; la economía estadounidense sigue siendo fundamental por el dinamismo de su demanda que fundamenta el comercio internacional y facilita el crecimiento de las economías emergentes, sin embargo no se producirá la crisis mundial que algunos han podido señalar invocando incluso el crack de 1929, porque el mundo de hoy está más orientado a la cooperación y a la complementación que a la confrontación, además todos los actores económicos internacionales tienen interés en que las cosas sigan bien, por eso han creado instrumentos de regulación del comercio internacional e instituciones como la OMC.

Igualmente han propiciado la independencia de los bancos centrales, estableciendo sistemas de vigilancia en cuanto a la estabilidad monetaria, inflación y ayuda internacional. Hoy el crecimiento económico norteamericano representa el 21% del crecimiento mundial, menos del doble de China y un punto por debajo de la Unión Europea, con lo cual los 27 países de la Unión Europea superan el crecimiento de la economía americana.

En este contexto de la economía mundial, Venezuela debería aprovechar los inmensos recursos generados por el petróleo con sus altos precios para un crecimiento racional, pero debe orientarse más en el exitoso programa del socialismo democrático brasileño o chileno que en la vieja versión estatista del modelo cubano o del fracasado socialismo realista de la Unión Soviética.

La economía mundial continuará con un permanente crecimiento y una gran diversificación favorable a los países en desarrollo, que con los excelentes precios de sus materias primas podrán avanzar en proyectos nacionales y regionales de crecimiento y desarrollo. América Latina está en esta dirección y debe aprovechar los inmensos recursos de esta coyuntura económica nacional para fortalecer las economías nacionales y la integración subregional en nuestro caso en la Comunidad Andina de Naciones, el Mercosur y la Unión Sudamericana.