Crisis abierta en el Pueblo de la Libertad (PDL). Silvio Berlusconi y Gianfranco Fini parecen más cerca que nunca de la ruptura. Ambos se reunieron ayer durante dos horas en Montecitorio, por primera vez desde las elecciones regionales y, según las filtraciones, mantuvieron un diálogo "tumultuoso".
Según fuentes del PDL, Fini amenazó a Berlusconi con crear un grupo propio en el Parlamento y el primer ministro respondió que si lo hace, deberá dimitir como presidente de la Cámara.
Otros miembros de la mayoría dijeron que el clima es de ruptura definitiva. La idea cuajó a última hora de la tarde, cuando el presidente del Senado, Renato Shifani, advirtió: "Cuando una mayoría se divide, solo queda dar la palabra a los electores".
La división entre los dos fundadores del PDL es conocida. Pero las posiciones se han ido radicalizando y el avance de la Liga Norte en los últimos comicios regionales ha distanciado aún más a Fini de la línea oficial del partido. Umberto Bossi se ha convertido en la clave de la política nacional.
Tras la comida, Fini recordó en un comunicado que Berlusconi debe gobernar hasta el final de la legislatura, pero añadía que el PDL "debe comportarse como un gran partido nacional, garantizando la cohesión del país".