La presidenta paseó la mirada por las tribunas del coliseo deportivo y llena de satisfacción comentó a Juan Abal Medina, jefe de gabinete, que la asistencia era completa. “Eres un campeón, no ha faltado nadie”, dijo Cristina a su asesor sin reparar en que el micrófono estaba abierto y que su voz resonaba en todos los parlantes. Al oír ese comentario, el público comenzó a saltar en las tribunas y a desplegar las pancartas que celebraban la expropiación de YPF y la salida del socio español, representado como un temible sujeto destilando petróleo por los bolsillos.
Más de
noventa mil personas se congregaron en el estadio de Vélez y en sus
inmediaciones, para manifestar su apoyo a la expropiación de la petrolera y
aplaudir todas las decisiones que se han tomado desde que Néstor Kirchner llegó
a la presidencia, en noviembre del 2003. Fue el acto más concurrido del
oficialismo desde que Cristina ganó las elecciones de 2011 con el 54% del
sufragio.
Un
muñeco inflable, hecho a semejanza del ex presidente emergió del túnel por
donde salen los futbolistas y fue llevado hasta el palco principal, donde
Cristina Kirchner, vestida con un jersey negro, se preparaba para pronunciar su
discurso. Un discurso vibrante con el que llamó al público a mantener viva la
imagen de su difunto marido.
La
excusa para llenar de bote a bote el estadio fue precisamente la de homenajear
al difunto estadista, al cumplirse 9 años de su ascenso al poder. Pero el
verdadero objetivo de los organizadores era fortalecer el ánimo de la
presidenta, ante las amenazas que recibe de España y de la Unión Europea, por
haber expropiado las acciones que tenía Repsol en YPF.
Haciendo
un repaso del camino transitado desde que su marido se ciñó la banda
presidencial, Cristina dijo: "Quién hubiera pensado que finalmente nos
íbamos a sacar de encima a ese Fondo Monetario Internacional que sigue
esgrimiendo sus añejas recetas, pero ya no para rescatar a los países
emergentes sino a los desarrollados. A lo que se jactaban de tener la fórmula
de la dicha eterna y que ahora sucumben bajo el peso de la cesantía y de sus
déficit”.
Para
sorpresa de todos, la oradora no atacó a los antiguos socios de la ya
estatizada YPF. “Me enorgullece el consenso que hemos alcanzado para la
recuperación de YPF. La empresa petrolera no es del gobierno; es de todos los
argentinos”, exclamó la presidenta, quien debió hacer una pausa hasta que el
público dejara de aplaudir y de gritar consignas patrióticas e insultos contra
el ex socio español de la compañía.
“Era
nuestra obligación recuperar la conducción de una de nuestras empresas
emblemáticas. El Estado ni puede declinar las responsabilidades políticas e
institucionales que le caben, en el aprovechamiento de nuestros recursos
naturales”, continuó la inquilina de la Casa Rosada.
Dirigiendo
su mirada hacia la tribuna que ocupaban los militantes de La Cámpora, el ala
juvenil del 'kirchnerismo', Cristina expresó: “Yo siento que los verdaderos
custodios de nuestro legado histórico no somos nosotros sino ustedes, los que
no van a permitir que Argentina de un solo paso atrás en lo que ha logrado. Yo
sé que sentirse parte de un proyecto los hace fuertes y les da vida”.
Alguien
avisó a Cristina de que entre los asistentes al acto había una delegación de
Venezuela. “Envío por medio de ustedes un gran abrazo al presidente Chávez y le
deseo una pronta recuperación. Hugo, los argentinos te tenemos presente en
nuestro corazón y en nuestras plegarias”, expresó la oradora. Al finalizar su
discurso, el público entonó el himno nacional, plegó las banderas y se dispersó
por las calles aledañas al estadio.