New York - El financiero estadounidense, acusado de violación y tráfico de menores, apareció colgado en su celda de una prisión de Nueva York el pasado 10 de agosto.
Un caso demasiado apetitoso en el país de las conspiraciones
para caer en el archivo del olvido.
Todo es susceptible de una teoría alternativa y más si
detrás se halla Jeffrey Epstein, el pederasta recalcitrante, el amigo de
presidentes (Donald Trump, Bill Clinton) y príncipes (Andrés de Inglaterra), el
colega de otros millonarios como Bill Gates. Epstein apareció colgado en su
celda de una prisión de Nueva York el pasado 10 de agosto. Estaba encerrado
desde su detención, el 6 de julio, a la espera de juicio por violación y
tráfico de menores.
Aunque había estado en vigilancia especial por un intento
de quitarse la vida, la mañana que lo encontraron sin vida no tenía vigilancia
especial, estaba solo y los carceleros, que se durmieron, incluso incumplieron
la norma de controlarlo cada media hora.
Según el resultado de la autopsia, Epstein se suicidó, se
colgó con la sábana de su cama.
Este miércoles, sin embargo, el patólogo Michael Baden
apareció en la cadena Fox y lanzó la bomba. “Creo que las evidencias apuntan a
un homicidio más que a un suicidio”, afirmó.
Baden, antiguo forense jefe de Nueva York, aunque sólo
por un año (1978-79), está contratado por Mark, hermano del difunto, para quien
el asunto todavía no está cerrado. Si bien no hay causa penal contra Epstein,
si que hay conflicto civil respecto al patrimonio que dejó y las múltiples
reclamaciones de las víctimas.
Según Baden, en el informe forense se constatan una serie
de lesiones, como un hueso roto en el cuello –el hioides–, que “son muy poco
usuales en supuestos de suicidio por ahorcamiento y que suceden de forma más
frecuente por estrangulamiento”, recalcó. “No he visto en 50 años de profesión
algo similar en un colgado”, añadió.
La actual jefe de forenses de la ciudad, la doctora
Barbara Sampson, salió de inmediato a la carga para descartar esa
“especulación” a la que el propio Baden señaló que sus observaciones no eran
concluyentes. Sampson subrayó que apoya firmemente la determinación de que fue
suicidio.
Recordó una vez más, como ya ocurrió cuando The Washington
Post avanzó que Epstein tenía roto el hioides y disparó por primera vez las
conspiraciones, que la fractura de ese hueso se da tanto en homicidios como en
suicidios. También descartó, como insinuó Baden, que otras personas pudieron
estar involucradas en la muerte de Epstein, cosa que descartó la investigación
con la que se complementó la autopsia.