Grupos de la derecha radical alertan de supuestas maniobras del presidente para aspirar a un tercer mandato | La ultraderecha ha acusado ya a Obama de ser musulmán, extranjero, comunista...
Algo tiene el presidente Barack Obama que pone de los nervios a la derecha radical estadounidense agrupada en torno al Tea Party y articulada por internet.
Todavía no ha tomado posesión de su segundo mandato y ya están sembrando suspicacias. Esta vez, denuncian supuestas maniobras del presidente para quebrar la sagrada Constitución de Estados Unidos y hacerse acreedor a un tercer mandato.
Las teorías conspirativas han encontrado en Obama un terreno abonado. Que si no es un verdadero negro, que si es musulmán, que si no nació en Estados Unidos, que si es comunista...
Harvey Mansfield, profesor de Ciencias Políticas en Harvard, habló ayer mismo en The Wall Street Journal sobre la existencia de "un partido estadounidense" -el Republicano- y otro "europeo", sinónimo de socialismo aplicado a los demócratas, "el partido de los condones gratis".
En la entrevista, Harvey distinguía entre los votantes informados, "los sabios", y los que no lo están, y que en su opinión son los que han dado la bendición al obamismo. "Son los que votan por la dependencia, por la falta de ambición y la insolvencia", remarcó.
"Mi catalogación como teórico de la conspiración es una exageración", respondió Don DeLillo hace un par de años en la presentación de su novela Point Omega.
A DeLillo se le considera uno de los impulsores de estas teorías a partir de Libra, la trama en la que Lee Harvey Oswald es culpable de disparar tres veces a John F. Kennedy, a pesar de que no fueron sus balas las que mataron al presidente mártir. "Yo no soy el culpable -subrayó- de otras teorías de la conspiración".
La última sobre Obama, y su complot para asegurarse un tercer mandato, tiene su principal asidero en Stransberry & Associates Investments, que en su página web se presenta como compañía publicitaria y de asesoramiento. El semanario Mother Jones sostiene que al poco de conocerse los resultados del 6-N, desde esta firma se empezaron a enviar e-mails en los que se lanzaba la alerta. Los supuestos para que Obama lograra su presunto propósito son al menos tres, pero siempre hacia una misma meta, convertirse "en el mayor tirano de la historia de EE.UU.".
En el primer escenario, un acontecimiento sin especificar provoca una época de prosperidad y, ante los elevados índices de aprobación, Obama se hace con otro mandato. La segunda elucubración pasa por una victoria de su esposa, la candidata Michelle, en el 2016, aunque sería Barack quien continuaría llevando la riendas. La otra posibilidad supone emular a Roosevelt, pero en lugar de la Segunda Guerra Mundial, EE.UU. estaría en pleno conflicto bélico con Irán.
Los expertos replican que no hay indicio alguno y recuerdan que se debería modificar la Constitución, lo que precisa una mayoría en el Capitolio hoy impensable. La idea, sin embargo, no es original. Hubo congresistas que trataron de que Reagan optara a un tercer mandato. Lo mismo se planteó Nixon, pero el Watergate le impidió acabar el segundo.