La Policía detuvo ayer en Melilla a dos líderes de una célula islamista «de muy especial radicalidad», según ha adelantado el ministro del Interior,Jorge Fernández Díaz, en el Congreso de los Diputados. El Gobierno no descarta que el grupo tuviera planes para llevar a cabo atentados en suelo español y cree posible que en estos momentos haya componentes de esta célula preparados para perpetrar algún atentado.

Jorge Fernández ha relacionado la radicalidad de los detenidos ayer con el perfil de los terroristas que se inmolaron en un piso de Leganés tras los atentados del 11-M, y ha explicado que se trata de dos jóvenes de unos 25 años de nacionalidad española que captaban y adoctrinaban a posibles terroristas. Después, los trasladaban a zonas bélicas como Afganistán para continuar su adiestramiento y prepararles para la realización de atentados «de este tipo».

El ministro del Interior ha insistido en varias ocasiones en la «radicalidad de especial gravedad» de este grupo yihadista y ha informado de que la Policía sigue registrando los domicilios de los detenidos para ampliar la investigación. También ha explicado que los presuntos terroristas se afincaron en Melilla después de huir de Marruecos tras asesinar y torturar de forma brutal, presuntamente, a otros dos jóvenes que abandonaron la célula terrorista y a los que aplicaron la ley islámica, la «sharía».

Marruecos había cursado orden de busca y captura y ha sido esta pista la que ha llevado a la Policía a investigar a los sujetos y proceder finalmente a la detención. Los dos detenidos se refugiaron previamente en otros países europeos y, por ahora, han sido acusados del cargo de asesinato con premeditación si bien la investigación sigue abierta, ha subrayado el ministro. Jorge Fernández también ha explicado que la Policía está centrada en dilucidar el «alcance de este grupo, capaz de cometer atentados de brutalidad» similar a la del 11-M.