El Ejecutivo ratificó que resolverá el contrato con Jindal si la empresa no invirtió los $us 600 millones comprometidos para los primeros dos años del proyecto de industrialización del Mutún. La salida “voluntaria” de la siderúrgica india no provocaría ningún daño económico al Estado.
El
miércoles, el Gobierno y Jindal Steel Bolivia (JSB) acordaron reprogramar en un
plazo de 60 a 90 días (a definir por el directorio de la ESM) los niveles de
producción y el cronograma de inversiones para la fase “previa” del proyecto
siderúrgico del Mutún. El convenio también amplía por 60 días el plazo para la
renovación de la boleta de garantía de $us 18 millones.
“Dentro
de los 60 días resolveremos definitivamente el tema del gas, de las auditorías
y conoceríamos ya el dictamen respecto a las inversiones que hasta ese momento
habría hecho la empresa. Si éstas cumplen con los niveles previstos en el
contrato, Jindal continúa, y si no, obviamente entraríamos a la fase de
resolución de contrato”, confirmó Virreira a medios locales.
El 14 de
agosto de 2011, el vicepresidente Álvaro García advirtió que si no realiza una
inversión comprobada y no comprometida, el Gobierno rescindirá el contrato con
la firma india. El contrato suscrito entre Jindal y la Empresa Siderúrgica del
Mutún (ESM) establece que la firma india debe invertir $us 2.100 millones ($us
600 millones en los dos primeros años) para la industrialización del Mutún.
Según
información de Jindal, la empresa “ha venido cumpliendo y cumplirá con todas
las obligaciones contractuales establecidas en el contrato de riesgo compartido
Mutún-RC”. A decir de Virreira, aunque el Ejecutivo está realizando “todos los
esfuerzos” para dar continuidad a la industrialización del Mutún, la empresa
demostró muchas “debilidades” en la implementación del proyecto.
“Estoy
informando claramente, no es el Gobierno boliviano el que está tomando acciones
fuera de la ley para descomprometernos (sic) con Jindal (...). Si en
definitiva, Jindal no tiene en sus planes a Bolivia, estoy seguro que vamos a
poder conseguir otras empresas, otros consorcios —socios mucho más serios y
efectivos— que de manera más rápida sí van a poder implementar el proyecto”,
remarcó Virreira.
Asimismo,
sostuvo, la eventual salida “voluntaria” de Jindal de Bolivia no ocasionará
daños económicos al Estado boliviano. “Estamos cuidando celosamente que
cualquier accionar nuestro no ocasione daños al Estado. Por ello, si Jindal
desea voluntariamente abandonar el proyecto ya es responsabilidad de ellos, no
del país. En ese caso, no vamos a tener ningún daño económico”, manifestó ayer
el Ministro de Minería y Metalurgia.
Avances
en el proyecto del Mutún
Aunque
las auditorías definirán la inversión real de Jindal en el Mutún, parte de los
recursos que empleó se pueden observar en la infraestructura civil que hay en
proximidades del yacimiento y las labores de explotación que realiza la
empresa, dijo el ministro de Minería, Mario Virreira. Hasta el momento, Jindal
exportó “más de 11.000 toneladas de mineral de hierro”.
El
arbitraje en contra de la ESM estará en la negociación
Las
negociaciones que se realizarán al menos en los dos próximos meses entre el
Gobierno y Jindal incluirán el desistimiento de la demanda arbitral presentada
por la siderúrgica india en contra de la Empresa Siderúrgica del Mutún (ESM) por
la ejecución de su primera boleta de garantía.
“Uno de
los temas a tratar es qué ha de pasar con el arbitraje que está buscando Jindal
(en la Cámara de Comercio de París) sobre la primera boleta de $us 18 millones.
Nuestra posición como país fue que levante ese arbitraje, porque en realidad
esa boleta se ejecutó más por descuido de Jindal que por nosotros mismos”,
aseveró el ministro de Minería y Metalurgia, Mario Virreira.