Caracas.- El cardenal Jorge Urosa Savino dijo que hubiese sido "muy bueno" un encuentro entre el Presidente Chávez y el Santo Padre, en la ocasión de su visita a Cuba, "porque lo hubiese invitado a la práctica de los grandes valores cristianos entre otras cosas el respeto a los derechos humanos y el respeto a la Iglesia Católica".

"Son aspectos fundamentales porque en Venezuela tenemos problemas con los presos políticos, de agresión verbal a los políticos de la oposición, una serie de problemas que deben ser superados", indicó en entrevista con Globovisión.

El cardenal se refirió una vez más al uso de figuras religiosas con fines ideológicos como algo indebido. "Los murales que están en algunas partes en el 23 de Enero eso es totalmente blasfemo, es irreverente, está mal y no se puede permitir, si tienen amor a Jesucristo y a la Virgen respeten a esos símbolos y lo utilicen en su auténtica expresión, que no tiene nada que ver con la violencia, ningún régimen político, tiene que ver con el amor de Dios hacia todos nosotros".

El cardenal dio a conocer la noticia del nombramiento pora parte del Papa hoy de un nuevo obispo auxiliar para Caracas. Se trata de Monseñor Tulio Ramírez Padilla, que actualmente es párroco en Guacara y Vicario General en la Arquidiócesis de Valencia. "Es caraqueño de nacimiento, tiene 28 años de sacerdote ordenado, ha trabajado bien en diversos cargos. Le doy la bienvenida", expresó Urosa Savino.

Erradicar la violencia en Semana Santa

El cardenal dijo que en su predicación de Semana Santa quiere insistir en el trabajo de los creyentes para erradicar la violencia en el país. "Tenemos un problema muy serio de violencia que se expresa de diversas formas. Es una violencia que llevamos dentro de nuestro corazón, no me refiero solo a la violencia política o a la asesina sino a la agresividad que se manifiesta en muchos conflictos (...) agresión de los ciudadanos entre sí, asesinatos por un choque de vehículos, por ejemplo".

En relación con las celebraciones religiosas de este Miércoles Santo, el Cardenal recordó que el morado es un color que se ha asumido como expresión de dolor, de luto, de penitencia, que se utiliza en la liturgia católica en el adviento y la cuaresma, también en la misa por los difuntos, por ello hoy los creyentes acuden a las iglesias a pagar promesas vestidos de este color.

Dijo que este color fue visto en la Cuaresmas y será utilizado hasta hoy Miércoles Santo pero mañana Jueves Santo los católicos se visten de color blanco, el Viernes Santo el color rojo, "en homenaje a Cristo y su muerte en la cruz" y el Sábado de Gloria y el Domingo de Resurrección el color utilizado será blanco, que simboliza "fiesta, celebración".


Visita papal

El cardenal calificó la visita del Papa, Benedicto XVI, a México y Cuba como "extraordinaria", recordó que al Santo Padre le ha tocado una época difícil frente a la mala utilización de la religión en los conflictos sociopolíticos. "Por ello ha insistido en que la religión no puede nunca justificar ningún acto malo, nos referimos al terrorismo basado en la religión y algunas de sus expresiones en el mundo".

Destacó que el objetivo principal de la vista era el religioso. "Quería hacerse presente en América Latina de habla hispana, va a México el mayor número de católicos, que tiene una intensa vida cristiana, y un país en el que la iglesia ha estado sometida a una persecución muy fuerte como es Cuba, 50 años de ataque a la religión ha mermado a su pueblo católico".

Insistió que en el caso de Cuba, dijo que la Iglesia ha pasado de persecución a una situación de pequeña y progresiva apertura por la que quiso en esta oportunidad abogar el Papa para que siga creciendo.

"Hubo una perfecta cooperación del gobierno para que se diera la visita, eso muy bueno porque la iglesia no ha cedido espacios sino que los está ganando. El discurso del Papa fue muy completo, muy prudente, se han obtenido unos logros de apertura, de respeto de acción por parte de la Iglesia y se trata de que esos logros se sigan manifestando".

Los dos discursos más importantes del Papa en Cuba, a juicio del Cardenal, fueron el de la homilía de la Habana y el discurso de despedida.