El resultado de Luisiana confirma lo que ya habían adelantado los últimos sondeos. Santorum finalmente consiguió el 49 por ciento; Romney, el 27 por ciento; Newt Gingrich, el 16 por ciento; y Ron Paul, el 6 por ciento.

A pesar de la victoria de Santorum, la carrera por la nominación republicana a las próximas elecciones presidenciales sigue estandodominada por Mitt Romney, el empresario y ex gobernador del Estado de Massachussets. Del total de delegados ya asignados, Romney cuenta con 563 frente a los cerca de 263 que acumula Santorum.

Pero aún queda camino por recorrer, ya que para obtener la nominación del partido republicano, un candidato debe conseguir el apoyo de 1.144 delegados, la mayoría de los 2.286 candidatos que participarán en la Convención Nacional Republicana el próximo agosto en Florida.

Luisiana era el último estado en el que Santorum tenía opciones de imponerse a Mitt Romney, quien parte como favorito en las próximas primarias de Maryland, Washington D.C. y Wisconsin. Además de liderar la carrera por la candidatura, la campaña de Romney acaba de recibir un empujón definitivo con el apoyo de Jeb Bush y Jim DeMint. El respaldo de estos dos pesos pesados del partido, quienes pidieron a los republicanos que se unieran tras Romney, no hace sino avivar el anhelo de los republicanos por acelerar la nominación después de meses de ataques fratricidas y declaraciones desafortunadas.

Las primarias de Luisiana, en las que solo podían votar aquellos miembros del Partido Republicano prerregistrados en el Estado, ponían en juego únicamente 20 de los 46 delegados con los que el Estado cuenta, ya que el resto serán asignados en los caucus que tendrán lugar el mes que viene y en la convención republicana de agosto.