Camino a ingresar al libro de los récords de Guinness, el candidato Ollanta Humala ha presentado su tercer plan de gobierno en esta campaña y si a eso le sumamos el Acuerdo Nacional, que también recientemente ha firmado, ya tenemos cuatro.
Pero lo más confuso de todo es que, asumiendo el rol de Mario Moreno, nos dice, que sí pues, como les iba diciendo, lo que he dicho está dicho, así que el anterior plan sigue estando, es solo que se han dado cuenta de que va a tomar un poco más de tiempo el poder implementarlo. No es ninguna sorpresa que estén confundidos los peruanos.
En realidad, lo que está claro es que no ha existido un proceso de evolución ideológica, luego de un debate y convencimiento por parte del candidato bolivariano sobre las políticas que son las más convenientes para el desarrollo del país. Simplemente, han aceptado lo que los sondeos están explicitando: que la mayoría rechaza lo que ellos habían originalmente planteado, así que, por el momento, lo han archivado en un acto marketero para revertir la tendencia declinante que tienen en las últimas encuestas sobre la intención de voto del electorado.
Más aun, los objetivos estatistas e intervencionistas del plan original, evidentemente se mantienen, es solo que ahora los presentan de forma diferente, lo están haciendo de una manera muy general, intentando así esconder o hacer olvidar el anterior. En realidad, las 192 páginas del plan original contenían un programa que era anacrónico y trasnochado pero que, debemos de reconocer, era muy detallado. Lo cual, creemos que es la manera correcta de presentar una propuesta de gobierno a los ciudadanos, para que podamos emitir un voto que sea razonado.
En todo caso, el plan original explicaba, con lujo de detalles, cómo se iba a poner en práctica ese programa gubernamental. Así tenemos, que se desnudó la intención de tomar parte de los aportes de los afiliados a los Fondos Privados de Pensiones, para financiar la pensión 65 o universal que están ofreciendo, al margen de si el beneficiado ha ahorrado, o la utilización de las contribuciones de los trabajadores a Essalud, para ampliar el presupuesto del Ministerio de salud. También nos hablaba de resucitar a Aeroperú y a la Compañía Peruana de Teléfonos, revisar los TLC y las concesiones que han sido otorgadas, regresar los puertos y aeropuertos a la administración del Estado, entre otros mamarrachos.
Asimismo, indicaba específicamente siete nuevos impuestos y el aumento de las tasas tributarias que necesitaban para poder financiar tamaña expansión del gasto. Finalmente, estaba clara la intencionalidad de controlar a la prensa y al Poder Judicial, así como el convocar a una Asamblea Constitucional.
Incluso, como señal de continuidad, sigue estando el mismo equipo a cargo. Al lado del candidato bolivariano, presentado la tercera versión, estaba sentado el Sr. Jiménez, quien dirigió y redactó el plan de gobierno original, que hoy está temporalmente guardado. Al otro lado del candidato estaba sentado el Sr. Burneo, quien ha trabajado estrechamente con Jiménez durante muchos años. Ahí no hay ningún cambio, es solo que algunos que estaban apostando a dos opciones, luego de la primera vuelta, se podría decir que han retornado.
En los próximos días, veremos si al final de cuentas el esquema les ha dado resultados y logran revertir la actual tendencia, o si el maquillaje que se han aplicado no ha convencido ni seducido al electorado.
