Ejemplo de la cosmovisión anacrónica y confrontacional del presidente boliviano, lanzado -coincidentemente- durante la presentación en el Palacio Quemado del libro del dictador cubano Fidel Castro “La Contraofensiva Estratégica”. Suponemos que el mandatario debe haber respirado tranquilo con el resultado de la segunda vuelta electoral brasileña, ya que el candidato opositor José Serra había vertido fuertes críticas sobre el creciente narcotráfico que inunda su país desde la Bolivia de Evo. Seguramente, una victoria del socialdemócrata Serra habría significado fuertes presiones internacionales para la reducción de los cultivos de coca-para-cocaína, mayormente centrados en el feudo presidencial del Chapare. Así se entiende la felicidad del gobernante. Lo que se le olvidó a Evo Morales es comentar si está de acuerdo con las declaraciones de Rousseff sobre la importancia de la prensa libre.

La inflación según Arce

El ministro de hacienda, Luis Arce Catacora, ya no sabe a qué más atribuir la creciente presión inflacionaria boliviana. El domingo por la mañana, ocupó parte de un programa del oficialista canal 7 para explicar la “subida estacionaria de precios por Todos Santos”, interpretación inverosímil si las hay, acompañada de datos “tranquilizadores” sobre una supuesta estabilización en ciernes que nadie alcanza a palpar en los mercados. Más que Evonomics, parece que tenemos una “Economía Tantawawa”…

Industrialización cero

Un informe del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (CEDLA) señala que en cinco años de gobierno de Evo Morales apenas se aprobó una norma para impulsar la industrialización de los hidrocarburos, el decreto supremo 29511 del 2008, que establece la creación de la Estrategia Boliviana de Hidrocarburos (EBH), misma que hasta hoy no ha dado frutos prácticos. Al mismo tiempo, un conflicto en la Federación de Juntas Vecinales de El Alto (FEJUVE) puso al desnudo la disconformidad de esa población con el lento o nulo avance de la industrialización del gas. El fallido intento gubernamental de derrocar a la presidenta de esa organización, Fanny Nina, se produjo luego de que ésta promoviera un pliego petitorio demandando la implementación de una petroquímica en El Alto y de que amenazara con exigir la renuncia de Evo Morales si no rectifica el rumbo de su administración.